Damian Wayne

90 17 13
                                    


La bruma de la culpa se cierne sobre mí, pesada y asfixiante, como una tormenta que amenaza con ahogarme en un mar de remordimientos. Cada sombra que se proyecta en esta noche parece acusarme de una traición que me resulta insoportable de cargar. Jonathan, Superboy, el chico cuya inocencia y nobleza deberían haber sido protegidas, y en cambio, se ven ahora eclipsadas por la oscuridad de mis propias decisiones.

¿Cómo he llegado a esto? Me pregunto una y otra vez, mientras las imágenes de los eventos se reproducen en mi mente. No puedo quitarme la imagen de Jon, indefenso, sin sus poderes, una parte fundamental de su identidad arrebatada. Y yo, en mi egocentrismo, fui ciego ante el daño que causaría.

Mis pensamientos se convierten en un diálogo interno, una batalla silenciosa entre dos partes de mí mismo que luchan por comprender y asimilar la verdad. Una voz, fría y despiadada, murmura en las sombras de mi mente: "¿Qué importa lo que le pase a Superboy? Él siempre ha sido una carga. Este es tu mundo, tu legado, y no puedes permitir que un simple mortal lo desmorone".

Pero otra voz, más suave y temblorosa, responde con una duda dolorosa: "Pero... ¿no debería haber hecho algo diferente? ¿No debería haberme preocupado más por él, en lugar de seguir adelante con mis propios planes egoístas? Lo he lastimado, y no sé cómo arreglarlo".

La culpa me devora desde adentro, como llamas voraces en un bosque vulnerable. No sé qué hacer para enmendar esto, cómo reparar lo que he roto. Mis acciones impulsivas han dejado cicatrices imborrables en el alma de Jon, y eso es algo que no puedo ignorar.

En medio de este remolino de sentimientos, descubro una verdad que duele más que cualquier otra. Al mirar a Jon, más allá de la amistad que compartimos, hay algo más. Un nudo en mi pecho, un anhelo inexplicable que no había reconocido antes. No es solo culpa lo que me consume, sino también la sombra del enamoramiento, algo que creí inexistente en mi frío y entrenado corazón.

La indecisión se apodera de mí. No puedo enfrentar la mirada de Jon, ni la de mi propio reflejo en el espejo. Mis manos están manchadas de consecuencias, y el peso de mis errores parece demasiado para soportar. ¿Cómo puedo redimirme cuando siento que he oscurecido la luz que Jon irradiaba? Y, al mismo tiempo, cómo enfrentar estos sentimientos que surgen de lugares que nunca creí posibles.

La voz fría y despiadada se intensifica: "Retírate, Damian. Alejarte es la única solución. No mereces la redención ni el amor de Superboy". Pero la voz más suave responde con un atisbo de resistencia: "No puedo dejarlo solo. Pero, ¿cómo puedo enfrentarlo después de lo que hice?"

La única salida que veo es la retirada. Alejarme, apartarme de su vida antes de causar más daño del que ya he infligido. No sé cómo enfrentarlo, cómo explicar lo inexplicable. Soy un fracaso como amigo y compañero, y la única solución que veo es dejarlo en paz.

El viento nocturno susurra palabras de reproche mientras me alejo, y la ciudad iluminada se convierte en un testigo mudo de mi retirada. Quizás, alejándome, pueda ofrecerle a Jon la oportunidad de sanar lejos de mi sombra. Pero en el fondo de mi corazón, sé que no puedo escapar completamente de la culpa que se aferra a mí como una sombra persistente en el crepúsculo de mis decisiones erróneas y de este sentimiento inesperado que se agita en mi pecho.

No te voy a abandonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora