Capitulo 56: Ecos del Pasado

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La atmósfera en el apartamento era casi opresiva, como si estuviera cargada de secretos que pesaban sobre los hombros de todos los presentes. Cada gesto, cada mirada, parecía llevar consigo un significado oculto, una pieza del rompecabezas que Jonathan no lograba descifrar.

Tim y Jason intercambiaban miradas furtivas, sus ojos comunicando más de lo que sus palabras revelaban. Susurros apenas audibles se deslizaban entre ellos, como si estuvieran compartiendo información delicada que no querían que Jonathan escuchara. Y aunque intentaban mantener una fachada de normalidad, la tensión en el aire era palpable, imposible de ignorar.

—¿Qué están tramando? —preguntó Jonathan, luchando por mantener la calma a pesar del nudo que se formaba en su estómago, una sensación de inquietud que se negaba a desaparecer.

Tim respondió con una sonrisa forzada, pero los ojos de Jason parpadearon con una advertencia silenciosa, como si le estuvieran diciendo que no presionara más el tema. Jonathan sabía que había algo más, algo que no querían que supiera, algo oscuro y complicado que se escondía detrás de sus palabras evasivas.

—Nada importante, Jon. Solo estábamos discutiendo algunos detalles de la misión —dijo Tim, su voz tratando de sonar casual pero fallando en el intento. Había tensión en cada sílaba, como si estuviera ocultando algo más profundo.

Jonathan asintió, aunque en su interior seguía sintiendo una profunda inquietud. Sabía que no le estaban diciendo toda la verdad, que había algo más en juego aquí, algo que no querían que supiera. Y mientras seguía observando a Tim y Jason, se preguntaba qué más estaban escondiendo y qué impacto tendría en su vida.

Decidió alejarse por un tiempo, salir a las calles bulliciosas de la ciudad en busca de claridad y respuestas. Mientras caminaba, el ruido de la ciudad lo envolvía, una cacofonía de sonidos y voces que parecían ahogar sus pensamientos.

Se detuvo en un mirador, observando la ciudad extendiéndose ante él como un mar de luces centelleantes. La vista era impresionante, pero su mente estaba en otra parte, atrapada en un torbellino de recuerdos y preguntas sin respuesta.

¿Cómo había llegado todo a esto? ¿Cómo había Damian regresado a la Liga de las Sombras? La pregunta resonaba en su mente, una constante fuente de frustración y preocupación. Recordaba los días en los que él y Damian luchaban juntos, cuando eran amigos y aliados en la lucha contra el crimen.

Pero algo había cambiado en Damian, algo que los había separado y había llevado a Damian por un camino oscuro y peligroso. ¿Qué habría pasado en todos esos años en los que estuvieron separados? ¿Qué demonios había enfrentado Damian para convertirse en lo que era ahora?

Sea lo que sea, estaba seguro de que fue por su culpa.

La brisa fresca lo sacó de sus pensamientos, trayéndolo de vuelta al presente. Respiró hondo, sintiendo el peso de sus preocupaciones sobre sus hombros. Sabía que tenía un largo camino por recorrer, una verdad que descubrir y enfrentar.

Una suave presión en su hombro lo sacó de su ensimismamiento. Se volvió lentamente y se encontró con la mirada de Maya, una presencia inesperada que lo dejó sin aliento. No había visto a Maya desde que Damian se fue, y tampoco había tenido noticias de su estado de salud desde que los aprisionaron en el campamento. Había temido lo peor, imaginando lo peor, pero verla allí, frente a él, con cicatrices en el pecho y los brazos, le recordó el peso de la culpa que llevaba consigo.

Maya estaba cambiada. Su cabello, que antes caía en suaves ondas sobre sus hombros, ahora era corto, apenas rozando su mandíbula. El nuevo corte, más práctico y severo, acentuaba los contornos de su rostro, dándole un aire de dureza que no tenía antes. Sus ojos, sin embargo, seguían siendo los mismos: grandes, oscuros y profundos, aunque ahora parecían llevar consigo una sombra de dolor y resiliencia que antes no estaba allí.

No te voy a abandonarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora