Capítulo 33 Camino a seguir.

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POV Tn.

Me encuentro saliendo de la galería, afortunadamente hoy me toco el turno de la mañana y ahora tengo el resto de la tarde libre. Decidí que me cambiaría de ropa en los vestidores de la galería, pues quiero pasar a comprar un poco de comida y otras cosas que utilizaré para mi proyecto. Elegí para hoy algo sencillo, un pantaloncito de overol, tenis y una playera. 

Cuando estoy terminando de arreglarme, entra una de mis compañeras y se acerca hasta donde estoy guardando mis cosas

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Cuando estoy terminando de arreglarme, entra una de mis compañeras y se acerca hasta donde estoy guardando mis cosas. 

Sam: Hola Tn.- Volteo a verla.- Oye, te mandan esta tarjeta.

Tn: ¿Quien?- Le digo tomando el sobre que me da, ella levanta los hombros y solo sonríe.- ¿Cómo era la persona que te lo dio?

Sam: Era una señora que traía sombrero, lentes y un pantalón así como el tuyo pero en azul. Era un poco alta, quizá media 1.70 y muy sonriente.

Tn: ¿Y qué más te dijo?

Sam: Nada, solo me pregunto si te conocía, al decirle que si, me pidió que te entregará esto y que por favor siguieras todas las instrucciones.

Tn: Que raro... Gracias Sam.- Ella asiente.- ¿A penas empieza tu turno?

Sam: Si, me toco el turno de la tarde.

Tn: Bueno, suerte y que se te haga leve.- La chica agradece se va. Yo abro el sobre que me da. Dentro viene una tarjeta de color crema, busco en el sobre si viene algo más, pero no. Así que me dispongo a leer lo que dice.

Claro que la curiosidad me gano y me dirigí a dicha cafetería, aunque iba con un poco de temor por no saber con quien me iba a encontrar, lo que si estaba segura es que con Caleb no, porque él me aseguro no ser esa persona que me está dando regalo...

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Claro que la curiosidad me gano y me dirigí a dicha cafetería, aunque iba con un poco de temor por no saber con quien me iba a encontrar, lo que si estaba segura es que con Caleb no, porque él me aseguro no ser esa persona que me está dando regalos de manera anónima. 

Al llegar al café Boho, me quedo parada frente a la puerta pensando en si entrar o no, pero ya estoy aquí, así que no tengo opción, si no para que vine. Tomo un poco de aire, abro la puerta y entro. Comienzo a caminar entre las mesas para elegir una y sentarme, pero cuando estoy a punto de hacerlo, se acerca un chico y me da un frappuccino. 

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