ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 37

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Charlotte bajaba las escaleras con su pantalón de chándal blanco para practicar capoeira, cuando su mirada captó a Thor encaminándose hacia el ascensor con bolso deportivo en la mano, lo cual le extrañó, ya que su primo no era de los que se levantaban tan temprano.

—¿Algún espíritu te lanzó de la cama, Emily Rose?

Thor cerró los ojos y respiró profundamente al sentirse descubierto, preparó su mejor sonrisa y se dio vuelta.

—Voy a trotar ¿No vienes?

—No, voy con capoeira, gracias —le dijo mientras caminaba hacia la cocina y abría la puerta del refrigerador—. ¿Vas a trotar y no vas por las pesas?

—¡Mierda! Reinhard! ¿Qué haces en el cuerpo de Charlotte? ¿Tienes idea de cuanta comida basura comí en Dreamville? —Inundó Thor el lugar con algarabías que dejaron a Charlotte confusa—. Claro, ni cuenta te diste, sólo estuviste pendiente de estar cogiéndote a la española.

—Sólo lo estaba pasando bien —acotó escuetamente levantándose de hombro.

—Sí, eso intentabas... —dijo con sarcasmo—. ¿Por qué mejor no buscas a Engfa y aclaran toda la situación?

—Adiós Thor, que te vaya bien... —Se despidió dando media vuelta de regreso al área de Capoeira—. Sí ves a Megan, salúdala de mi parte. —Se detuvo y lo miró a los ojos—. Sólo la saludas.

—¡Huye cobarde! —Se burló Thor con una carcajada, sintiéndose aliviado porque había confirmado que Charlotte no sospechaba nada aún, sin embargo, quería buscar la manera de ir preparando esa conversación, no sería fácil y lo sabía.

Veinte minutos después el rubio estaba en el punto de encuentro acordado con Megan, como casi siempre, en el Shakespeare Garden. Esperó y esperó, pero ella no aparecía, le escribió al teléfono y no recibió respuesta, así que la llamó, pero tampoco atendió, luego de eso, no pudo evitar sentirse preocupado. Estaba sentado en la grama observando los jardines frente a él, mientras intentaba llamarla una vez más, de pronto sus ojos fueron cubiertos por unas manos pequeñas, y sus mejillas fueron invadidas de dulces besos.

—¿Adivina quién soy? —susurró en el oído de Thor.

—Estoy seguro que es mi chica —respondió sonriendo, ansioso y feliz. Sólo hasta aquel momento fue realmente consciente de lo mucho que la había extrañado.

Thor volvió medio cuerpo y la vio sonriente, su corazón se desbocó y se llenó de una alegría que aún seguía desconcertándolo, ella se acercó y buscó su boca, iniciando un beso casto que rápidamente ganó intensidad. Megan sintió cómo él pasaba uno de sus brazos por la cintura y sin el mínimo esfuerzo y mucho menos separarse del beso, la puso en medio de sus piernas.

—Te extrañé —murmuró ella jadeante contra sus labios.

—Yo también, y mucho —le hizo saber sintiendo como un extraño vacío se apoderaba de su estómago, era una sensación de vértigo maravillosa.

—¿Cómo te fue? —preguntó acariciándole tiernamente el cuello y los hombros.

—Bien, algo molesto con Charlotte, pero bien.

—¿Te has molestado con Charlotte? ¿Por qué?

—Bueno, es que discutió con Engfa, se separaron...

—¡Espera! Mucha información que no proceso tan rápidamente —chilló Megan consternada—. Charlotte y Engfa, ¿Engfa Waraha?, ¿la diseñadora?, ¿no que eran amigas?

—Bueno, según ellas son amigas, pero no lo son... son pareja, pero no lo dicen, no le dan una definición a lo que tienen, y te puedo decir que están más cerca de ser esposas que de ser amigas.

Dulces Mentiras, Amargas Verdades ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora