Engfa había llegado a Italia y después de ocho horas de vuelo no se sentía agotada, sino eufórica, sin poder disimular su sonrisa y su caminar enérgico, pero con su elegancia de siempre, apenas pisó el aeropuerto de Malpensa, ubicado a 48 kilómetros del centro de Milán, se dirigió al área de los taxis que ya tenía reservado de puerta a puerta y cuando tuvo que dirigirse al conductor agradeció que Charlotte le hubiese enviado a la profesora Rossellini, gracias a lo poco que sabía del idioma, logró comunicarse con el hombre sin ningún problema.
Al entrar en el auto se aflojó la bufanda Louis Vuitton que llevaba puesta y dejó libre un suspiró para relajarse, debía admitir que se sentía más segura y que los temblores en su cuerpo habían desaparecido, los cuales la invadieron desde el momento en que subió al avión y por primera vez agradeció que no le tocase el lado de la ventanilla.
Al salir del aeropuerto su mirada se anclaba en el paisaje, aunque los primeros minutos no había mucho que ver, ya que era una carretera de doble vía enmarcada por árboles, solo algún local comercial o estación de servicio, pero cuando entraron a la autopista, era completamente distinto, el flujo de vehículos era mayor y la ciudad imponente se abría paso, con sus edificaciones de estilos romanos tanto como lo había imaginado.
El tráfico empezó a congestionarse y el taxi se detuvo ante un semáforo, a su lado estacionó un chico en una moto scooter de Vespa en rojo y ambos cruzaron miradas durante el tiempo que las luces cambiaban, Engfa admitía que era muy guapo, cabello negro y ojos grises, por cortesía le regaló una sonrisa y él un guiño de ojos en un gesto muy sensual, tomándola por sorpresa, pues no esperaba tal espontaneidad.
El taxi adelantó y cruzó a la derecha y el italiano siguió de largo, buscó en su bolso el iPhone para revisar cómo funcionaba la itinerancia y hacerle saber a Meena que había llegado, hizo el intento y marcó a la boutique, mientras esperaba el tono, se encontraba a una cuadra de su destino y el auto hacía una última parada.
Un toque al vidrio la hizo volver la mirada y era el chico de la moto que le tocaba el vidrio para captar su atención, a lo que ella le regaló su mirada y elevó su mano en un gesto de saludo y él correspondió con una maravillosa sonrisa y sin previo aviso se acercó y le dio un beso al cristal para después hacer un gesto como si se arrancara el corazón y se lo dejara, con esa sonrisa que aunque ella no quisiera le aceleraba los latidos del corazón y se marchó dejándola completamente desorientada, no pudo más que soltar media carcajada ante la naturalidad del chico y en como ella no había perdido su capacidad de seducción, algo había escuchado de la fama de los italianos, de ser unos completos seductores, pero jamás pensó que eso podía constatarlo tan rápidamente.
Nadie atendió el teléfono y suponía que deberían estar ocupados, por lo que dejó un mensaje en la contestadora.
—Meena, es para avisarles que llegué bien, voy llegando al hotel, lo primero que haré será dormir un poco, cuando despierte te llamaré nuevamente, Milán es más hermoso de lo que imaginé, incluyendo a los italianos. —No pudo evitar dejar la risa en el mensaje, esa que Meena comprendería.
Su recorrido había terminado y la puerta giratoria del hotel Príncipe di Savoia la adentraba a uno de los hoteles más hermosos y lujosos de Milán.
Los botones se ocuparon de su equipaje, en recepción le dieron la bienvenida y le entregaron la tarjeta, la llevaron a su habitación, donde la esperaban fresas frescas y champán, cortesía del hotel, mientras en el baño una camarera le preparaba la bañera con leche y pétalos de rosas, mejor conocido como el baño de Cleopatra.
Engfa dejó libre un suspiro, presagiando que su estadía en el hotel sería un verdadero placer.
Después de una hora se había cambiado, colocándose una bata blanca de satén y encajes que le llegaba a las rodillas, no se atrevía a dormir desnuda en un hotel, al menos no estando sola, se metió a la cama, pero antes de dormir pidió no ser molestada y que por favor la despertasen en unas cuatro horas, quería descansar y aprovecharía la tarde para conocer un poco la ciudad, ya que el desfile sería al día siguiente.
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Dulces Mentiras, Amargas Verdades ❧ Englot G!P
FanficLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Manhattan Charlotte Austin, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión...