La mirada de Engfa que en ese momento era de un hermoso violeta claro, brillaba ante la emoción que la embargaba, mientras los frenéticos latidos de su corazón hacían fiesta, la excitación no la dejó esperar a Charlotte y como una niña curiosa corrió al hermoso helicóptero en colores morado y blanco que las esperaba.
No pudo evitar acariciarlo y elevar la cabeza para observar las aspas y no podía controlar la sonrisa.
—¿Te gusta? —preguntó Charlotte y sin perder tiempo ni esperar poses en Engfa, le hizo varias fotos.
—Es maravilloso... —Y se mordió la lengua antes de decirle que era primera vez que veía un helicóptero de cerca—. Pero no perdamos tiempo, debemos seguir con el viaje... —Se encaminó hacia el auto—. Ven Charlotte, que allí vienen los dueños —dijo al ver que dos hombres salían de la pequeña edificación que parecía ser una central, pero no pudo avanzar mucho porque la brasileña en un movimiento rápido la retuvo por el brazo.
—¿A dónde vas? Ese helicóptero es para nosotros.
—¿Qué? ¡No! Eso sí que no, ahora sí has enloquecido Charlotte —dijo y el pánico se instaló en sus ojos—. Yo no me voy a subir a esa cosa, ahí se ve hermoso, volando también, pero sin mí adentro... Le tengo miedo a los aviones.
—Ah no Engfa, deja de ser tan miedosa... Pensé que tenías más ovarios.
—Y los tengo, pero también quiero seguir manteniéndolos... —Se acercó a ella, al ver que los hombres venían cerca y le habló en voz baja—. ¿Sabes cuántos helicópteros tienen fallas mientras sobre vuelan el gran cañón? Docenas al año... Y yo sinceramente no confío en esos señores, tal vez ni son pilotos certificados.
—Está bien que no confíes en ellos, porque quien va a pilotear soy yo.
—¡Tú! —Soltó una carcajada nerviosa—. ¿Te has vuelto loca? Definitivamente el sol que has recibido en estos días te ha rostizado las neuronas.
—Y a ti te ha derretido el valor... Vamos Engfa, quiero que salga a flote tu sentido de la aventura.
—Aventura una mierda, contigo piloteando esa cosa no me monto, no eres piloto certificado.
—No necesito serlo, pero sé pilotear, sino supiera ni lo intentaría, no voy a exponernos... Recuerda que mi primo tiene una aeronáutica y prácticamente vivíamos en las pistas de controles de vuelo, un helicóptero no es nada comparado con los aviones militares que he piloteado.
—Bueno, no quiero comprobarlo, mi sueño es solo ver desde una meseta el atardecer, no hace falta que me mate en el intento...
—Buenas tardes, señorita Austin. —Saludaron los hombres llegando.
—Buenas tardes señores, les presento a mi pareja.
—Mucho gusto señorita, Steve Garson —saludó uno de ellos tendiéndole la mano amablemente.
—Un placer, señor Garson.
—Ronald Heinz. —El otro hombre se presentaba ante Engfa.
—Engfa Waraha —dijo sonriendo, pero el nerviosismo se dejaba ver.
—Entonces, ¿está lista señorita Austin? —preguntó con una franca sonrisa Heinz.
—Todo listo —aseguró siguiendo a los hombres que se encaminaron al helicóptero, mientras tomaba a Engfa por una mano y la arrastraba con ella.
La chica sentía que el corazón le oprimía la garganta y no la dejaba respirar, sus manos empezaron a sudar demasiado y su vista se tornó borrosa, sumiéndose en una nube de temor que no le dejó ser consciente de nada a su alrededor, completamente aturdida apenas veía la boca de Charlotte y de los hombres moverse, pero no podía escucharlos, ni siquiera reaccionó cuando su novia la cargó y la metió dentro de la nave.
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Dulces Mentiras, Amargas Verdades ❧ Englot G!P
FanficLa directora de una prestigiosa firma de abogados y exitosa fiscal del distrito de Manhattan Charlotte Austin, vive sin restricciones, experimentada, aventurera, apasionada e intensa. No le gustan los compromisos y se verá envuelta en una explosión...