ᴄᴀᴘɪᴛᴜʟᴏ 16

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Los nervios hacían estragos en Engfa. Nunca había salido en televisión y que la primera vez en que sucedía fuera en un programa tan importante, no le ayudaba en nada.

Apenas podía creer que había conocido a la diseñadora que la amadrinaría, y le parecía un sueño. En esa mujer la apariencia era sinónimo de elegancia, prestigio, pero su personalidad era de una sencillez encantadora.

Trató de memorizar cada consejo que le dio, sintió que lo hizo de corazón y no viéndola como una futura amenaza, muy por el contrario, los deseos de Carolina Herrera, eran verdaderos.

Le aconsejó que para el mundo de la moda lo más importante debía ser la disciplina. Si tenía mucha disciplina, no se quedaría con su sueño colgado y podría hacer todo, podría viajar, tener una empresa y también podría tener su familia.

En eso último hizo mucho énfasis y lo primero que le asaltó a la cabeza fue Charlotte. Fue algo realmente espontáneo, ni siquiera se dio tiempo a si misma de detener sus pensamientos.

Le dijo que se podían compaginar las dos, porque con disciplina todo se podía y que lo importante era saber que la moda debía ser para todos los días de su vida, porque los proyectos nunca terminaban.

—Señorita Waraha en tres empezamos a grabar —informó la entrevistadora, sacándola de sus pensamientos.

—Está bien —dijo irguiéndose más en el asiento.

El camarógrafo contabilizó con tres de sus dedos y la luz roja en la cámara, les hizo saber que empezaron a grabar el programa que trasmitirían a las ocho de la noche.

Inmediata e inevitablemente se le formó un nudo en la boca del estómago y se agrandaba hasta el punto de hacerle difícil respirar. Al ver que sus manos temblaban, las cruzó y las apoyó en su regazo para disimularlo un poco.

—En esta oportunidad tenemos a Engfa Waraha, que será una de las diseñadoras debutante en el próximo New York, Fashion Week. Bienvenida, buenos días —anunció la entrevistadora con una gran sonrisa.

—Buenos días, encantadísima de que me hayan invitado al programa. —correspondió al comentario de la mujer rubia y ojos azules, de la misma manera, tratando de poner a raya los nervios que empezaban a gobernarla.

—Para nosotros es un placer tenerte aquí, Engfa. Dinos ¿qué se siente formar parte por primera vez de esos 90 diseñadores de 30 países que expondrán sus diseños este fin de semana? —preguntó con la mirada anclada en la entrevistada, pero sus manos enderezaban las tarjetas sobre el escritorio.

—Era algo que verdaderamente no me esperaba. La invitación me tomó por sorpresa, el evento será lo más importante en lo que podré presentar mis diseños y la emoción aún me tiene un poco suspendida en el momento, tengo que asimilarlo —contestó sin poder evitar sonreír nerviosamente.

—Tienes que asimilarlo, porque tus diseños son asombrosos, mira lo que traigo puesto, es maravilloso —dijo señalándose la vestimenta que llevaba puesta. Al notar el nerviosismo en Engfa, la mujer necesitaba hacerla sentir más confiada y le enseñó el vestido negro que vestía y que era de la firma Waraha—. A ver, cuéntame un poco de Engfa Waraha. ¿Cómo inició en el mundo de la moda? ¿Cuándo descubriste que querías diseñar?

—Siempre sentí fascinación por la ropa, por las telas, los accesorios, y en mí nació una necesidad por crear combinaciones con las prendas. Es algo innato, no solo con la vestimenta, también con los espacios, la decoración es una de mis pasiones —explicó con seguridad, aunque se sintiese limitada por no poder exponer con mayor detalle cómo se inició en el mundo de la moda—. Me gradué en la universidad de Las Vegas y decidí iniciar mi propio negocio en la capital de moda. Conté con la suerte de que un asesor de utilería de una serie juvenil que actualmente se graba en Nueva York, por casualidad conociera mis diseños y se sintiera atraído, me pidió diseñar varios vestidos para la segunda temporada de la serie. Eso sin duda fue lo que más me impulsó en mi inicio como diseñadora.

Dulces Mentiras, Amargas Verdades ❧ Englot G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora