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CALUM

El techo de mi habitación me saluda en cuanto abro los ojos a la mañana siguiente. Escucho como la caja del agua del retrete es vaciada y me cubro el rostro con la cobija de la cama. Anoche, después de haber dejado a Hayley en su casa, he traído a Ashton a mi departamento.

Esperaba que al llegar me hiciera un enorme interrogatorio sobre mi actitud para con su amiga, pero supongo que el cansancio del trabajo y el concierto se lo impidieron. Ambos nos fuimos a dormir sin decirnos nada más que «buenas noches».

Pero ahora, después de haber logrado dormir unas excelentes ocho horas, seguramente mi amigo se siente listo para asfixiarme con preguntas para descubrir mis intenciones para con Hayley. Salgo de debajo de las cobijas cuando escucho que Ashton llama a mi puerta y me pregunta si estoy despierto.

—Lo estoy —respondo sentándome en la cama.

—Qué bueno —me responde y agrega—: Sal rápido, tenemos que hablar.

Gruño ante su comentario mientras recupero mi celular de debajo de la almohada y lo desbloqueo para ver la hora: 10 de la mañana. Me cubro los ojos con el antebrazo mientras intento volver a quedarme dormido y, cuando por fin siento que lo estoy logrando, gruño cuando nuevos golpes en mi puerta se hacen escuchar.

—Ya llegó el desayuno —me avisa Ashton.

Me levanto de la cama, tomando mi celular y salgo de mi habitación con dirección al baño. Cierro la puerta y me acerco al lavabo para poder mojarme el rostro con agua fría, dando inicio a mi rutina mañanera. Minutos después, salgo del baño sintiéndome completamente despierto. Observo la bolsa de plástico que está en la mesa del comedor y tomo asiento en una de las sillas.

Saco mi celular para distraerme en lo que Ashton termina de hacer lo que sea que esté haciendo y salga de la cocina. Me meto a Instagram y una publicación de la banda Day Wave aparece en mi inicio, recordándome que quedé de enviarle algunas canciones a Hayley. Salgo de la aplicación para abrir la de mensajes. Le escribo rápidamente para preguntarle cómo amaneció y miro la pantalla del celular hasta que las palomitas se tiñen de azul. Observo el «escribiendo...» y salgo de la aplicación rápidamente.

—¿Qué tal dormiste? —me pregunta Ashton sentándose en la silla libre del comedor mientras me entrega el plato para que pueda servirme la comida.

—Bien —respondo abriendo la bolsa de plástico—. ¿Qué tal tú?

—Igual —responde.

Nos quedamos en silencio mientras nos servimos la comida en los platos y observo la pantalla de mi celular iluminarse. Ashton no dice nada y yo aprovecho para desbloquear el aparato para leer el mensaje de Hayley. Una sonrisa se trata de dibujar en mi rostro, pero la oculto rápidamente mientras le respondo. Después de intercambiar un par de mensajes, Ashton se aclara la garganta.

—¿Con quién tanto te escribes? —me pregunta haciéndome apartar la mirada del aparato.

—Son sólo cosas del trabajo —respondo inmediatamente después de leer el mensaje de Hayley diciéndome que escuchará la canción que le recomendé.

Ashton asiente sin decir nada más y continuamos comiendo. Cinco minutos después, la pantalla de mi celular se vuelve a iluminar anunciando un mensaje de Hayley. Ashton vuelve a mirarme con curiosidad. Tomo mi celular y lo desbloqueo. Intercambio un par de mensajes con Hayley y suelto una risa ante su último mensaje afirmando que me está amenazando.

—Debo ir por mis audífonos —aviso. Ashton me mira confundido mientras me pongo de pie. Tomo los audífonos que están sobre la mesa de centro y regreso al comedor mientras los conecto a mi celular. Abro la aplicación de Spotify y tecleo «Taylor Swift» frunciendo el ceño cuando descubro que la chica no está disponible en la plataforma.

Lost in Reality//Calum Hood//Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora