IX

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HAYLEY

Ashton estaciona el automóvil a una cuadra de nuestro destino. Nos bajamos y caminamos por la banqueta. Ashton reposa su brazo en mis hombros y sujeto su mano, sólo para comenzar a jugar con un par de anillos que está usando. Mientras más nos acercamos a la casa, visualizo a un par de grupos de personas afuera del lugar; algunos beben y platican, otros fuman y platican y otros deciden hacer las tres cosas.

La música se hace más fuerte una vez que Ashton y yo pisamos el patio de la casa. Mi amigo saluda a un par de personas que se encuentran ahí y aprovecha para presentarme con ellas.

—¿Es tu nueva novia, Irwin? —le pregunta un tipo con tono burlón.

—No, es una amiga —responde él con una sonrisa—. Hood me mataría si le pongo una mano encima.

—Oh, así que eres la nueva chica de Hood —exclama el tipo para después darle una calada a su cigarro.

Sonrío de manera incómoda mientras entrelazo mis dedos con los de Ashton, quién sigue sin quitar su brazo de mis hombros. Mi amigo y el tipo intercambian un par de palabras más antes de que Ashton se disculpe y me guíe al interior de la casa.

—¿La nueva chica de Hood? —pregunto una vez que estamos lo suficientemente alejados.

Ashton se ríe mientras esquivamos a unas personas en la entrada.

—Te dije que Calum no se toma las cosas en serio —me responde.

—Las chicas no somos cosas, Ashton —le recuerdo con molestia.

Ashton ignora mi comentario mientras me guía a través de las personas que se encuentran en la sala. Nos detenemos cuando llegamos a la barra de la cocina y mi amigo me consigue una de las sillas. Tomo asiento mientras Ashton se pierde en la cocina con la excusa de conseguirnos algo de beber.

Miro a mi alrededor intentando no sentirme fuera de lugar. Observo a un par de personas besarse cerca de la escalera y aparto la mirada. Decido ponerle atención a la música que suena. Misery de Maroon 5 ha comenzado a sonar cuando Ashton regresa conmigo mientras sujeta dos latas de cerveza.

—Toma —me dice ofreciéndome una lata, la cual limpio con una servilleta antes de abrirla. Le doy un trago para humedecer mis labios—. ¿Te molestaría quedarte sola? —me pregunta Ashton jugando con la anilla de su lata— Necesito hablar con alguien.

Le digo que no hay problema, que puede irse tranquilo y mi amigo me agradece para después desaparecer de mi vista rápidamente. Miro a mi alrededor mientras bebo la cerveza a sorbos e intento ignorar el ruido y el olor a cigarro. Mi mirada se detiene en un grupo de amigos que han armado un juego de cartas.

Sonrío mientras el recuerdo de la última fiesta a la que asistí con Michael aparece en mi mente. Algunas personas habían organizado una fiesta de despedida para aquellos que se irían a estudiar al extranjero. Nos encontrábamos en una casa a la que nunca había ido antes y Michael me tenía sentada en su regazo mientras observábamos como un chico, cuyo nombre desconocíamos, perdía sus últimos billetes en un juego de póker. Su contrincante había logrado una escalera real. Después de reírnos, Michael me había tomado de la barbilla y me había comenzado a besar mientras una canción de The Cure sonaba a todo volumen.

De pronto, el lugar comienza a parecerme asfixiante. Me pongo de pie, con la lata en la mano, y camino hacia la puerta que saca al patio trasero. Tomo una gran bocanada en cuanto siento el aire fresco de la noche golpear mi rostro. Visualizo unos columpios y me acerco a ellos para sentarme en el que está en medio, dándole la espalda a la fiesta.

Saco mi celular con intención de buscar el nombre de Michael y cuando lo encuentro, dudo un rato. ¿Por qué voy a llamarlo? ¿Qué voy a decirle? «Hola, Mike. Te estoy llamando porque me encuentro en una fiesta y me acordé de ti. Me siento estancada, ayúdame». Bloqueo la pantalla de mi celular antes de cometer una tontería y miro al cielo mientras suelto un suspiro. Estoy segura de que no existe nadie más patética que yo.

Lost in Reality//Calum Hood//Nueva VersiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora