DAEMONIUM [Tom Kaulitz]

~BESTIARIO~

·DEIMOS & FOBOS·

Demonios de nivel supremo provenientes del Reino del Caos (también conocido como "El Subsuelo").

Deimos es el primer hijo del Rey del Caos y la personificación del Terror, mientras que Fobos es el segundo hijo y la personificación del Miedo, los cuales preceden tanto en el mundo astral como en el mundo terrenal.

Su existencia se remota desde miles de años atrás, en los principios del hombre, cuando el Rey del Caos decidió desprenderse de dichas emociones para perpetuar su reinado. No obstante, ambos fueron maldecidos por éste con un corazón mundano después de intentar derrocarlo del trono y anhelar romper el equilibrio de los dos mundos.

⊱Se les considera principales causantes de la Gran Mortandad a mediados del siglo XIV.

Pueden tomar la forma corpórea que deseen, aunque se sospecha que su preferencia es transmutarse a humanos para pasar inadvertidos y así poder cazar las almas mortales con facilidad.

Al ser creados en base a dos emociones primarias, poseen la capacidad de manipular los terrores y los miedos más intrínsecos de sus víctimas, asimismo como infundirles otros nuevos, con sólo mirarlas a los ojos.

Cuando sus presas se hallan al borde de la muerte, se alimentan de ellas.

⊱Las almas de hechiceros y brujas y de otros seres mágicos, les proporcionan mayor poder.

El icor que circula por sus cuerpos, a diferencia del de los demonios comunes o de baja categoría, su particular hedor a azufre parece enmascararse por un aroma más fresco, y atractivo, para el olfato en su estado neutral. Se conjetura que pueda tratarse de la propagación de sustancias afines a las "feromonas" para atraer a las presas; puede ser advertido si se está protegido o se lleva algún tipo de protección consigo.

Una simple gota de su icor, es extremadamente letal para cualquier inocente o criatura mágica.

Se desconoce cómo derrotarles o aniquilarlos, pese a que resguarden un órgano mortal en su interior.

No existen ni hechizos ni conjuros ni pócimas contra ellos.

Apunte: Carecen de algún punto débil, por lo que sólo puede augurarse que el fin de su existencia se cometa una vez la maldición de su antecesor se cumpla.

Advertencia:

Resguardar el alma bajo un conjuro de protección y evitar enfrentarlos a todo costo.