DAEMONIUM [Tom Kaulitz]

~☽⛦☾ ~

Miramos cómo hablan entre ellos; no parecen contentos de saber que ella está abajo. Y no entendemos el por qué, Él nos dijo que la cuidaría hasta que Tom fuera a buscarla; y nosotros sabemos que no ha mentido. Entonces, ¿por qué no se alegran? Sólo tienen que bajar y traer su alma de vuelta; no es tan difícil.

¿Los humanos siempre se complican tanto?

Uh, qué dilema...

Suspiramos y ladeamos nuestra cabeza para mirar a Tom; la bruja blanca, amiga de Sigrid, antes ha dicho que nosotros somos sus hijos y se ha referido a él como nuestro padre, y a Sigrid como nuestra madre. Al parecer, los dos han hecho algo (no sabemos el qué) que ha causado que estemos dentro del vientre de ella.

Fruncimos el ceño.

¿Qué es eso que habrán hecho? ¿Y qué son un Padre y Madre?

Hemos oído eso antes, pero no sabemos qué significan; creemos que deben ser unas palabras muy importantes porque los nombres de las personas desaparecen cuando se usan. Sigrid también llama de esta forma a un hombre y a una mujer que siempre han estado con ella, desde que era muy, muy pequeña; y nosotros lo sabemos porque lo hemos visto en sus recuerdos. Aunque, ella siempre lo ha dicho de otras muchas maneras cuando ha ido creciendo; de pequeña decía Papa y Mama, y ahora que es más grande dice Papá y Mamá.

¿Esos dos humanos también hicieron eso para que ella los llame así?

Entonces, significa que nosotros también podemos hacer lo mismo, ¿no? Cambiarles los nombres a Tom y a Sigrid por Padre y Madre; nos gusta como suena.

—¿Cómo que no tenéis idea de llegar? —exclama (a quien Tom llama) Shira, la bruja blanca que siempre está cuidando del alma de Sigrid; sus grandes y verdosos ojos se abren como platos enormes y su cara hace una mueca muy fea, tanto hacia él como hacia su hermano—. ¡Provenís de allí!

Bill (si bien recordamos), se encoge de hombros y sonríe:

—Digamos que nuestro querido padre se aseguró bien de que no pudiésemos volver tras desterrarnos aquí —suspira—. En cuanto nos arrebató nuestras esencias congénitas, también nos despojó de la forma para llegar al Subsuelo.

Ella deja escapar un grito afónico.

—No me lo puedo creer... —enfada, desviando su vista hacia Tom—: ¿Y cómo piensas ir a por Sigrid? ¡Cuánto más tiempo transcurra, más...!

—¿Y te crees qué no soy consciente de ello? —grita de golpe, acallando a Shira de sopetón; su voz es tan, tan, tan grave, que provoca un fuerte retumbar en el lugar y anima a que Morgana se encoja a nuestras espaldas.—. Soy el primero que quiere encontrarla y traerla de vuelta.

Ladeamos la cabeza, curiosos.

¿Aún siguen con eso? Vaya.

Miramos a Morgana y, sin decir nada, nos dirigimos hacia donde está colgando y con las tripas abiertas el hombre ése que ha enfurecido a Sigrid: el tal Birsha; sus vísceras están perdiendo el color rojo por un tono negro, pero notamos que sigue respirando. Aunque, eso no será por mucho tiempo.

—P—Por.... favor... Ma... Mátame... Mátame.... —pide.

Le observamos fijamente y ladeamos la cabeza de nuevo; nos parece divertido verle de esta forma. Se lo merece; pudimos descubrir qué ideas tan horribles quería hacer con Sigrid para enfadar a Tom, pero ya no podrá dañarla nunca jamás porque ya no podrá moverse ni respirar ni vivir más. Lo usaremos para que Tom pueda ir a buscar a Sigrid allí abajo.