Mis pestañas revolotean con insistencia, en un intento de no ceder al dolor de ojos que me está produciendo la lectura del manuscrito. Desconozco cuánto ha transcurrido desde que me he puesto a revisar todas las nuevas propuestas, mas ahora necesito —con urgencia— detenerme un momento y comer algo.
Me despojo de las gafas y masajeo cuidadosamente mis párpados, antes de oír el cómo pican a la puerta del despacho.
—Adelante —pido, incitando a que Walter asome su cabeza cuidadosamente y me eche una ojeada; ladeo la cabeza y me río de su mueca—. Dime, Walter, ¿qué necesitas?
El chico esbelto —un par de años mayor que yo— y de rostro angelical y dulce, me sonríe y asiente, aproximándoseme con una bolsa de mercado que me entrega; parpadeo ante el aroma de café y de sándwich acariciando mis sensores olfativos.
¡Oh!
—He comprado esto; no has salido en toda la mañana y he supuesto que estarías hambrienta —dice, alentándome a levantarme del sillón y aceptarle la bolsa mediante un puchero agradecido.
—Muchísimas gracias, ¿tan tarde es?
—A punto de ser las doce.
Oh, madre mía.
Me desprendo de un pesado —y agotado— suspiro y bostezo; necesito despejar toda la saturación que protagoniza mi cabeza, si quiero continuar con las revisiones y selecciones de los nuevos manuscritos.
Izo la mirada hacia él y le abrazo con dulzura, agradecida con su detalle.
—¿Los demás habéis hecho el descanso?
Él sonríe y asiente.
—Sólo faltas tú —asegura—. Así que ve tranquila. Pediré a Shira que te cubra con las llamadas.
Gracias, gracias, gracias.
—Sois el mejor equipo que una editorial puede tener, lo sabéis ¿cierto?
Walter rueda los ojos y afirma con la cabeza, entretanto me empuja hacia las afueras del despacho y me entrega el bolso y la chaqueta.
—Sí, sí. Vete de una vez, nosotros nos encargamos.
—¡Gracias!
Sin dilación, traspaso el pasillo de nuestra planta y me encamino hacia el ascensor con brío; me siento tan hambrienta, que dudo poder aguantar de buen humor mucho más.
Atravieso la entrada principal, en dirección a la terraza, donde me encuentro con más compañeros de otras plantas tomándose su descanso. Entremedias de mi camino, me encuentro con felicitaciones y otras enhorabuenas por mi ascenso. Sonrío; estoy contenta de estar en un trabajo donde el ambiente es de todo menos pesado.
Ha valido la pena tanto esfuerzo, pienso, rememorando mis duros años de camarera desde los diecisiete; todo lo que ahorré, lo he invertido en mis libros y en mis estudios para poder trabajar aquí.
Han sido muchos altibajos, mas nada que no haya podido superar sin miedo alguno.
Atisbo una mesa libre en la terraza y mis ojos se iluminan, mientras avivo mis pasos hacia ella; siento la terrible necesidad de comer más que nunca.
Una vez logro ocupar el sitio, me dispongo a apaciguar la falta de nutrientes de mi pobre estómago y a disfrutar de mi soledad, entretanto me distraigo examinando las tareas que debo hacer a lo largo de la semana: selección de manuscritos, revisión ortográfica, y debatir los porcentajes y ganancias a ofrecer a los escritores nóveles. Además de revisar maquetas, impresiones y stock.
![](https://img.wattpad.com/cover/361301602-288-k174339.jpg)
ESTÁS LEYENDO
DAEMONIUM [Tom Kaulitz]
Teen FictionElla se encontraba en el mejor momento de su vida; después de tanto esfuerzo y trabajo duro, había alcanzado el éxito esperado. Él rozaba su límite de inmortalidad tras tantos milenios, y se había convertido en un magnate de los barrios bajos de Pa...