Hadassa.
DESEO...
Su mirada era divertida, y había un poco de burla en su sonrisa, pero mi rostro permaneció inexpresivo y solo me giré para continuar observando a las mujeres que desfilaban ante sus ojos.
—No prometo descubrir el corazón de ninguna de ellas... eso es imposible —respondí sin mirarlo—. Solo puedo ver su exterior, y sería mejor si usted me indicara... que le gusta más, para que yo pueda...
—En ese caso... yo mismo haría la tarea... —mis ojos se fueron a él con evidente molestia—. Trata de esforzarte, y ve sabiendo que es lo que me gusta y lo que no. Esta es tu obligación...
Apreté mis dientes dentro de mi boca, y luego tomé un suspiro observando de nuevo las mujeres.
—Parece que aquí también hay extranjeras... —decidí cambiar el tema, más que nada para tratar de hacer bien mi tarea.
—Sí... hay mujeres de Babel, y... de otros reinos... al final de esto... —Rashad se giró hacia mí y me observó fijamente—. Tendrás que presentarme tres candidatas el primer día del mes de Nisannu...
Fruncí mi ceño considerablemente.
No sabía de qué mes me estaba hablando, y definitivamente, los nombres eran distintos a los de Radin, pero supe que él pudo notar mi confusión porque lo vi tomar un suspiro amplio.
—Pregunta los detallas del festejo, y trata de tener las cuentas para ese día.
Asentí.
—¿Puedo preguntar?
El hombre asintió con los ojos puestos en aquel pozo, observando detalladamente a las mujeres que se movían como cisnes.
—Me gustaría saber... las características que desea encontrar en su próxima... —apreté mi mandíbula obligándome a no decir la palabra que describía esto a la perfección, pero decidí ser más inteligente—... Doncella...
—Te daré una pista cada día... ahora, tengo asuntos que atender, pero te esperaré por la noche... yo te mando a llamar. Tienes todo el día para trabajar, esclava.
Cerré mis ojos cuando lo vi partir. Cómo odiaba cuando me llamaba de esa forma. Detestaba tener que estar a merced de él, y ahora, me irritaba no saber eso de una pista cada día.
¿Cuánto duraría esto?
Me acerqué al pozo uniéndome a varias mujeres que cuidaban de las doncellas, y comencé a contarlas con mi dedo para comenzar mi trabajo.
—Veinte... —susurré cuando terminé el cálculo.
La mujer a mi lado se giró con una sonrisa, y luego la escuché decir mientras yo seguía detallando a cada una de ellas.
—Solo muéstrale las más hermosas... Nuestro amo admira la belleza, sobre todo.
Asentí ante su propuesta, y luego recordé lo del festejo.
—¿Cuánto falta para el mes de Nam...? Num...?
—Nisannu... —la mujer completó—. Es el primer mes del año para Babel... y faltan 20 días para celebrar el gran día...
Ahora entendía un poco más.
Este hombre esperaba que en 20 días eligiera a las tres candidatas y las llevara ante la celebración.
Esta mujer para Rashad, debía ser más importante que las otras dado el festejo, la elección, y sobre todo, el primer ritual del año.
No pude evitar recordar cuando mi nación se reunía para celebrar también, el momento en que llevábamos ofrenda a nuestro creador y dábamos gracias por el día uno del año también. No había mejor tiempo para Radin que este, y tampoco podía olvidar como los regalos llegaban al palacio hasta que no sabíamos dónde colocar todo.
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UN REY PERVERSO
RomanceEsclavitud, guerra y el deseo de poseerla, es el menor de sus problemas...