CAPÍTULO 47

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Hadassa.

DECISIÓN...

—Enviaré la notificación, majestad, ahora con su permiso, me retiro...

Era de noche cuando Gamal salió del salón, y yo terminaba de escribir en un nuevo pergamino, como lo solía hacer todas las noches desde que entré nuevamente al palacio de mi padre.

Era un pasatiempo que solía hacer desde muy pequeña, pero ahora, era mi mismo refugio, donde podía descargar todo lo que sentía desde que había llegado a este lugar.

Aarón ya estaba durmiendo después de pasar una hora amamantándolo, y aunque estaba extremadamente cansada, esperaba que Elisama entrara al salón para hablar con ella.

El reino de Asera era el más cercano a Radin que de los demás, si hablaba de distancia. La reunión sería en tres días, y si partía al amanecer, estaría en ese lugar al medio día, tal y como lo estipularon en la invitación como una comida de bienvenida.

Si era inteligente, me regresaría por la noche en cuanto terminara las negociaciones, y estaría aquí en Radin en la madrugada.

No quería llevar a mi bebé a este viaje, aunque fuera corto, él era demasiado pequeño, pero no sabía cómo podía dejar de amamantarlo en este tiempo de mi ausencia. Tal vez había tomado una decisión apresurada, y cuando puse la tinta y pluma en el frasco, noté las yemas de mis dedos manchados, solo para girar mi muñeca, y ver las letras que Rashad había marcado una vez en mi muñeca.

No solo quería ir por desafiarlo, yo quería demostrarle a mi pueblo y a él mismo que podía gobernar, y que solo dependíamos netamente de mi Dios.

No podía seguir a la despensa del reino de Babel, no cuando sabía perfectamente que era imposible una alianza completa con ellos. No cuando sus dioses estuvieran de por medio, o su cultura bárbara y malvada, marcara nuestra nación.

Alcé el rostro cuando Elisama caminó por el salón, y tomando una silla delante de mí, se sentó en silencio detallando como enrollaba el pergamino.

—Majestad...

—Creo que estoy cometiendo error tras error... actué de forma precipitada, ni siquiera pensé en Aarón cuando le di la respuesta a Gamal... —cerré mis ojos y llevé mis dedos a la sien—. Pero no te imaginas, Elisama... la ira que me provoca ese hombre.

—He hablado con Gamal para mantener en secreto su identidad...

—¿Sé lo dijiste? —abrí los ojos un poco eufórica, pero ella rápidamente negó.

—Él... el rey de Babel se quitó la capa justo antes de salir, y se volvió hacia el consejero. Él le advirtió que no te diera órdenes, mi señora... y lo amenazó para que solo se mantuviera a la raya con usted...

Negué incrédula.

—¡Este hombre...!

—Ahora, con respecto a la invitación de Asera, creo que estoy de acuerdo con usted en ello... —mis ojos se achicaron, últimamente Elisama no había estado de acuerdo con mis últimas decisiones.

—¿Hablas en serio? —Elisama asintió.

—Sé que no solo lo hace por contrariar al rey Babilonio, majestad... sé que está siendo muy fuerte por nuestro pueblo... su amor por todos nosotros es quien hace que usted tome estas decisiones, y creo poder ayudarla para que no se preocupe por Aarón.

Entonces negué rápidamente.

—No quiero exponerlo... quiero decir, todos ya deben saber que la reina de Radin tiene un hijo, pero, cuando lo vean... será muy evidente, Elisama...

UN REY PERVERSODonde viven las historias. Descúbrelo ahora