Margot Smith.
Damien trajo un reloj el otro día. Es de esos viejos que suenan a las doce del día indicando sus grandes sonidos y sus inmensas ganas de querer hacerme aventar por la ventana. Suspiro pesado cuando veo que pasa a las once.
Me volví una adicta a verlo.
Pasa de la una, a las dos, después a las tres y así me doy cuenta que he faltado al trabajo. He pedido varios días y apuesto que Yu se ha dado cuenta.
Ya han pasado dos semanas desde que estoy aquí, encerrada sin saber de mi padre, de mi novio y de la señora Yu.
Apuesto que debe de estar preocupada.
Inhaló profundo y me siento sobre el frío suelo.
Las heridas de mi pierna han sanado por completo, la señora Margara viene todos los días a desinfectar y a lavarme el cabello a las tres de la tarde todos los días.
Dice que no hay mejor que bañarte antes de que la tarde dorada caiga, que las aves vuelen mientras miras desde la cárcel del balcón no tiene precio.
Me comentó que estoy tres pisos arriba.
No entendía el hecho de estar tan alto.
Cuando llegue estaba en el segundo piso, la habitación de Damien.
Ahora, la segunda habitación es un piso más arriba, el balcón parece estar a seis metros de altura, esto no parece una broma, más por qué cerca de mi está el espacio que más suele habitar Damien: El Estudio.
Es por eso que me tiene bajo llave, con las puertas del balcón cerradas, con la única escapatoria que sería el suicidio que él evitaría.
Mas aún así..
Damien no aparece desde que trajo el reloj.
Estás dos semanas se han ido como agua...
Los horarios son fijos: 9:00 de la mañana es el desayuno, por la mediodía siempre llega la comida, por la noche es a las seis de la tarde, como frutas antes de dormir.
La señora Margara espera a que termine de comer y por mientras paga evitar el momento incómodo me pregunta cosas de mi vida:
¿Quién es mi padre? ¿Quién era Davien para mí? ¿Estudias? ¿Que Ibas a estudiar? ¿Cuáles son tus sueños? Háblame de tus metas...
La señora Margara se ha vuelto esencial en mis días.
Aparece cuando menos lo espero y se marcha con los platos de cerámica al amanecer.
Es una mujer decidida y de carácter.
Me contó que ella no es de Italia, aunque lo habla muy bien. Dice que su padre si era italiano, pero por motivos familiares se va a España y ahí conoce a su madre, María Escobar. Ahí ella se cría, hasta que conoce a su esposo, el abuelo de Damien.
Ella es su abuela.
Hemos contado de muchas cosas y ninguna nos incómoda, es más, podría decir que la señora me tiene un aprecio.
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Appartenente.
RomanceMargot sale una tarde de su casa a celebrar su aniversario de tres años con su novio. Después de una acalorada discusión, Margot regresa a casa donde unos ruidos extraños la obligan a salir, es ahí cuando se da cuenta que su novio está tirado en el...