Appartenente.

Capitulo Cuatro.

Damien Kuznetsova:

Leo los papeles que Alexander me ha traído a mi escritorio, las letras explican el trato:

Llevar el cargamento por barco a Rusia, se le pagaba la guardia costera unos cuantos millones y llega sano y salvo a las costas rusas.

Suspiro el humo del cigarro y limpio en el cenicero los restos del mismo. Era increíble por qué el cargamento que se lleva desde aquí hasta Rusia es grande.

Suelto el humo del cigarro y paso la mano por mi frente.

—¿Damien?

La puerta fue tocada dos veces, por el tono infantil, es Alexander.

—Pasa.

La puerta se abre y deja ver al rubio entrar como por su casa.

—La junta con la señora Durán es a las 9:00 pm en la villa de los Durán.

—Bien —le digo.

Alexander suspira pesado y camina hacia mi con algo de disimulo.

—Damien —dice Alexander caminando hacia mi escritorio.

Le miró con atención al ver cómo se sienta sin siquiera pedirme permiso.

—¿Ya viste a Julietta? ¿Julietta Duran?

—No me interesa —le digo.

—Pero, ¿Es que acaso eres asexual?

Miró a Alexander con el ceño fruncido. ¿En serio lo parecía?

—¿Disculpa?

—Es preciosa —me dice con una sonrisa pintada en los labios—. Estaba viendo algunas fotos que un amigo de aquí me pasó, su cuerpo, tiene unas curvas perfectas —me dice con una sonrisa—. Recién son las seis, ¿Te apetece salir?

Niego y suspiro pesado.

—Estoy revisando los papeles que has traído.

—¿No confías en mí?

—Claro que no —le contesto.

Alexander solo frunce el ceño.

—Aun faltan dos horas —dice Alexander.

—Dos horas se van como si nada, Alexander.

—Eres un amargado.

Alexander infla las mejillas como todo un niño malcriado. ¿Era esto en serio?

—Alexander...

—Esta bien, solo piensas en el trabajo siempre.

Parecía que era mi mujer. Rodó los ojos y miró los papeles de nuevo.

—Parece ser que están bien —le digo.

—¿Los has revisado ya tan rápido?

—Sí, confiaré en ti por primera vez —le digo.

Los ojos de Alexander se abren de una forma descomunal y brillan, brillan tanto..