Appartenente.

Capitulo Siete.

Demian Kuznetsova.

Margara había limpiado mis heridas, cada una de ellas con un algodón con alcohol, solo eso bastaba para hacerme sentir un dolor rico en el cuerpo. Suspiro pesado y miró a Margara, la mujer tira el algodón y va directo a la bandeja que tiene con tijeras y agujas, es ahí cuando coge un hilo y comienza a meterlo a la aguja.

-Te han disparado muy seguido, Demian. Necesitas tener cuidado.

-No es algo que tenga en manos, Margara.

-Tu padre te educó y te enseño a evitar todo esto, ¿O acaso no recuerdas como sufriste cuando eras apenas un niño? -dijo antes de meter la aguja en mi piel y comenzó a coser-. Era algo que a pesar de yo no ser tu abuela biológica, siempre me dolió, siempre me queje con tu padre y él nunca me obedeció, siempre se quejaba que yo no era su madre cuando si lo era, lo era por qué...

Margara se queda callada y cierra los ojos.

-Tu padre era un loco -me dice después de cortar el hilo con sus dientes, después va a la segunda puntada-. Maldito Maxim.

Después de eso, logro sonreír. Margara siempre ha sido una mujer con un gran carácter.

-Bien, ya está, por suerte no fue tan grande -me dice la mujer antes de dejar las cosas sobre la bandeja de hierro-. Ten más cuidado y usa los malditos chalecos a pesar que vayas a una cena, Demian.

Asiento.

-¿Dónde está Francisco? -me dice.

-Fue por el hombre que me disparó junto con Alexander.

La mujer se pone pálida, a pesar que trata de disimularlo.

-Avisame cuando lleguen -me dice yendo a la puerta.

-Margara -le llamo.

Ella se gira, no logra evitar que me dé cuenta de sus ojos enrojecidos ahogados en brillantes lágrimas y la preocupación expresada en sus cejas contraídas.

-Ellos van a estar bien -le digo.

Margara limpia la lágrima que corrió por su mejilla, suspira pesado y comienza a jugar con sus manos.

-No es algo que podamos controlar, cada que ellos se marchan de esa forma, están jugando con la muerte.

Ella dice la verdad.
Me quedo callado por qué me quedo sin respuestas. Su esposo y su hijo habían muerto casi al mismo tiempo al igual que mi padre y el padre de Alexander.

En sí, perdió a todos sus hijos en un abrir y cerrar de ojos para que después perder a su esposo a manos de la mafia.

Margara no ha llevado una buena vida.

Margara era la madre de la familia que mi abuela había dejado, solo ella quedaba de los Kuznetsova, ella y sus nietos.

Ella es solo los rastros de lo que la muerte había dejado.

Una mujer decrépita y depresiva.

-Sabes que esto es difícil para mí, Demian.