Capitulo Veintiocho.

423 13 0
                                    

Appartenente.
Margot Smith.
[Maratón 2/2]

La calidez mañanera juraba jamás tendría otro precio, la habitación en la que estoy huele a aeromatizante de canela, frambuesas por otro lado, ¡Que manjar!

El ruido de una regadera abierta me hace despertar.

Apenas abro los ojos, puedo ver las cortinas tambalear de allá a acá, podría comprender el por que el sol ya estaba entrando a la habitación, pero para mí suerte no llegaba a mi cara. Me estiró en la cama y tras unos segundos de sentir mi espalda por completo estirada, vuelvo a la normalidad y me quedo sobre la almohada derrotada. Inhaló profundo y suspiro pesado. Si que había dado un buen sueño.

Escucho como una puerta frente a mí se abre, me giro y me pongo boca arriba para ver a Damien saliendo del baño con solo una toalla en las caderas. Baja la mirada y sonríe, es así que siento el fresco de la habitación en mis pechos, además la vista de Damien que se sentía como si fuese una cámara nacional grabando mi cuerpo al desnudo.

Tomo la sábana y la subo tapando mi cuerpo de Damien, es así que esté sonríe y camina hacia el clóset, abre las puertas y veo ahí su colección de camisetas blancas, pantalones negros y chaquetas desde negras hasta blancas, toma una de ellas y cuestiona:

—¿Cuál de las dos se me ve mejor?

Inhaló profundo y quitó el cabello de mi rostro, estaba hecha un desastre, Damien parece notarlo y asiente como diciendo: Tranquila te ves bien.

Mi cabello estaba enredado, MUY.

—Bien —es lo único que sale de mi boca.

Damien deja las chaquetas de lado u me pregunta:

—¿No intentarás matarme hoy también?

—Solo si la situación lo amerita —respondo por inercia.

Damien mete la ropa en el clóset, la cuelga y me ve con una sonrisa torcida. Si que se le daba bien.

—¿Trataras de matarme hoy, y mañana también? —susurra con voz ronca y lenta.

Levanto una ceja con confusion.

—Depende que tanto odio pueda desarrollar por ti ese día —respondo.

La risa de Damien sale tan marcada que resuena en mis oídos. Segundos después responde:

—Espero no hacerte enojar hoy.

Después de eso, se agacha y mira en el cajón de sus relojes, tenía bastantes ahí, una caja con al menos un metro de largo llena de relojes de distintos colores, me sorprendió bastante que tuviera los que papá estuvo llorando por meses de salario para comprarlos. Me abrazo las piernas y el pensamiento vuelve a mi cabeza..

Mi padre..

¿Que habrás hecho de él?

Juego con los dedos de mis pies, subo uno encima del otro y comienza a raspar. Papá nunca me abandonaría así.. ¿Entonces que pasará? ¿Jamás volveré a verlo?

Y lo peor de todo, ¿Por qué Damien ahora me está tratando bien?

Inhaló profundo y suspiro pesado, sonido que hace a Damien voltear a verme, pone una mano en su cadera y me ve con cierta perspicacia.

—¿Por qué ahora me estás tratando de una forma decente? —cuestione entre cerrando los ojos.

Damien me ve y levanta una de sus cejas, se recarga en la caja de relojes y me ve con cierta duda.

Appartenente.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora