Appartenente.
¿Quién es Regina?
¿Quién es David?Margot.
Trescientos cuerpos habían sido acomodados en pilas en el patio de la casa de los Kuznetsova.
Trescientas personas..
Alexander se acerca, después, enciende un cigarro, acto seguido, tira el encendedor a los cuerpos, quienes se prenden en cuestión de segundos por la tela. El bosque se incendia, entre ellos, se pierden huellas de los cuerpos..
Era grande, por lo tanto comprendía que el incendio duraría días..
Alexander me pasa de largo cuando va hacia la casa, el olor a piel quemada me hace sentir el estómago revolver, pero no podía ni siquiera vomitar algo más.
Me sentía tan jodida que ni siquiera tenía antojo de caminar hacia la mansión, pareció que todo era más difícil, por qué después de las palabras de mi padre, las cosas resultaron ser más difíciles de comprender.
Me digno a caminar hacia la mansión, ya que había comenzado a ahogarme. Al subir por la colina, llego hasta el pasto de la casa de Damien, estando ahí, me giro a ver la gigante casa, llena de sangre, e incluso órganos. Paso saliva antes de entrar, la sangre es notoria, parecía ser que era tan horrible la escena que hasta la luz eléctrica se había ido.
Subo las escaleras hasta el tercer piso, el silencio abrupto era tan fuerte que mis pasos descalzos se escuchaban por toda la casa en un eco interminable.
Apenas llegó arriba, el dolor vuelve a mi pecho al ver a David Smith en una camilla.
Es tan pálido..
Miró a Damien quien niega.
-Murió cuando Alexander lo subió.
Asentí.
Al lado del cuerpo de David, hay otro cuerpo sin rostro. Cierro los ojos y evito verlo.
-Aún era muy joven -susurra Alexander mirando el cuerpo.
Aquel cuerpo, era de nada más y nada menos que de Francisco Kuznetsova, uno de los hermanos pequeños de Damien. Inhaló profundo y asiento.
-Deberiamos irnos -susurre.
Damien me mira y asiente.
-No podemos enterrarlos, no cuando la policía abra el caso -dije mirando el cuerpo de David-. Hay que irnos a Rusia.
Sentí la mirada de Damien y Alexander encima. Pareció increíble escucharlo de mi boca.
-No tengo nada en Italia. Solo desgracias.
Damien pasa saliva y pregunta de nuevo:
-¿Estás segura?
-Mi padre me dijo que estaba a tu cargo, y para mí, ahora que volví a encontrarme con él, la palabra es ley.
Miró el cuerpo, sus ojos estaban cerrados con las manos en el pecho, su pecho no se movía.
-Antes de que la policía se de cuenta que el bosque está encendido, hay que prender la mansión también. No pueden saber que yo también estuve aquí.
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Appartenente.
Storie d'amoreMargot sale una tarde de su casa a celebrar su aniversario de tres años con su novio. Después de una acalorada discusión, Margot regresa a casa donde unos ruidos extraños la obligan a salir, es ahí cuando se da cuenta que su novio está tirado en el...