First Love Never Dies | Jenlisa

Jennie (6)

Maratón (2/3)
Pov Jennie.

—¿No tienes hambre, Nini?— me preguntó Lisa de repente.

—Un poco.

—Deberiamos irnos, ya se está haciendo de noche, hay un lugar cerca donde venden comida muy rica.

Asentí un poco triste.

—Es que no me quiero despedir de Flounder— dije mirando al pececito dorado en el agua.

—¿No lo quieres adoptar? ¿Ser su mamá?

Negué.

—Esta muy chiquito, seguramente tiene a su mamá en alguna parte del lago, no quiero separarlo de su casa.

Lisa acarició mis hombros dulcemente.

—Adios chiquito— le dije al pequeño pez sacando mis dedos del agua.

Flounder se me quedó viendo antes de nadar a otro lado, seguramente a su casa.

Lisa se levantó del suelo y me ayudó a levantarme.

Ambas tomamos nuestra ropa y nos la pusimos nuevamente.

Caminamos hasta donde está el carro de Nana, Lisa me sostuvo con cuidado de que no fuera a resbalar por la tierra.

Después de algunos minutos nos subimos al carro y salimos de entre los árboles.

Ojalá algún día vuelva a venir...

El ambiente entre nosotras se sentía diferente en el buen sentido de la palabra, ninguna cruzó palabra pero a veces sentía a Lisa mirarme y luego yo también la miraba.

Es como si algo dentro de nosotras hubiera cambiado, como si nos hubiéramos unido aún más debido a lo que pasó en el lago.

Juro que todavía puedo sentir sobre mi cuerpo los labios de Lisa.

Empecé a sonreír involuntariamente.

—¿Qué te da risa?— me preguntó Lisa divertida.

—Nada.

—Ummm... Te va a crecer la nariz como a pinocho.

Empecé a reír.

—Boba.

Lisa rió.

—¿No me vas a decir lo que piensas?

—Nop.

—¿Nunca?

—Nunca no, tal vez luego.

Lisa regresó su mirada al frente, su mano se colocó en mi muslo y lo empezó a acariciar suavemente sin ninguna mala intención.

Tomé su mano entre las mías jugué con sus dedos, Lisa empezó a tararear una canción al azar haciendo que la miré de reojo. Su pulgar acarició mi mano suavemente.

Me acerqué a ella recargando mi cabeza en su hombro.

Lisa sonrió ampliamente.

Miré el camino frente a nosotras.

Alto al mundo.

Yo he visto esto antes...

Me incorporé y miré atenta a la ventana.

—¿Pasa algo?— preguntó Lisa.

—Yo vivía por aquí, estamos muy cerca de mi antigua escuela.— le expliqué.

—¿En serio? Que coincidencia.

Miré las calles en donde crecí pasar por nosotras, Lisa detuvo el carro enfrente del famoso mercado en donde había pedido limosna tantas veces que no las puedo contar.