El incidente de los patitos

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Hay muchas historias que siempre cuento de los días de soltero, pero hay una en particular de la que no recuerdo muchos detalles y en la que las únicas certezas me llegaron por relatos ajenos. Su tío José insiste en llamarla "el incidente de los patitos", algo muy poco imaginativo. Verán el por qué.

La noche había comenzado como casi todas, con una reunión tranquila y habitual en nuestra mesa del bar, pasándola de forma normal y actuando como adultos responsables.

—¿Están listos para otra ronda?—dijo José

—Si—dijo Fiorella—Mami necesita un trago.

Genie sacudió la cabeza.

—Lo siento, pero no quiero llegar borracha.

—¿Vas a salir con Guzmán?—pregunte.

—Si. Hay una exposición de autos en La Rural y prometió llevarme. Sera divertido.

—Te recomendaría tomarte hasta el agua de los floreros—dijo Simón.

—¿Ah sí? ¿Y porque?

—Así la experiencia de Guzmán jadeando arriba tuyo es menos nítida. O—se acercó a ella—podes quedarte y disfrutar de la experiencia Bartomeú, 9.7 de cada 10 mujeres me recomiendan. Posta.

—Después de todo lo que acabas de decir creo que acabo de convertirme en lesbiana—dijo Fiorella.

—Antes de que apague mi fuego, mejor también me voy. Diviértanse, chicos.

Genie se levantó y se fue rápidamente.

—¿Estas bien?—dijo José acercándose a mí.

—Me aprietan un poco las zapatillas, pero todo en orden.

—No esquives el tema—dijo Fiorella—¿Vas a hacer algo con respecto a Genie?

—¿Qué puedo hacer? Solamente esperar que suceda algo. Digo, tarde o temprano se dará cuenta que Guzmán no es precisamente un caballero. Pero ustedes la vieron, estaba emocionada por ir a la Rural. No voy a arruinarle eso.

—Claro—dijo Simón—Nada malo le puede pasar a una linda rubiecita en medio de autos y cinco hombres por metro cuadrado. Me sorprendería que pudiera encontrar sus calzones después de eso.

—Sin contar que el lubricante, la grasa, los pistones y los caños de escape le hacen ver sexo por todos lados—agrego José.

—Posta. Vos lo que tenes que hacer, Juan, es dejar de esperar. Por ahí veo a un grupo de cuatro mujeres, solteras, creo que una acaba de salir de un noviazgo—Simón ladeo la cabeza y agudizo el odio—Y otra es más fácil que hacerle un gol a Clemente.

—¿Y que con eso?

—Puedo darte a la más fea, que resulta la que tiene menos busto. Paradójico.

—Gracias por decir busto—dijo Fiorella—Lo que menos necesitamos es...

—Ahora—interrumpió Simón poniéndose de pie—Voy a conseguirte un par de tetas para que olvides a Genie. Posta.

—Y ahí lo tenes—dijo Fiorella cuando su tío se fue de la mesa—Ahora podemos tener una conversación madura y normal.

—Estoy de acuerdo—dijo José.

—¿Vieron las noticias anoche? ¿Lo que paso en el campo? Díganme que están de acuerdo con que fue el chupacabras.

José sacudió la cabeza.

—Está claro que es obra del Nahuelito.

—¿El Nahuelito tocando tierra? ¡Por favor! ¡Eso no pasa desde el 98!

How I met your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora