How I met your mother

Amanecer

Domingo 5AM.

Genie estaba durmiendo tranquilamente, cuando alguien golpeó su puerta insistentemente. La rubia se despertó y caminó en pijama y la abrió.

—¿Qué haces a esta hora?

—Hola—dije—Perdí a Simón.

—¿Cómo?

—Nos emborrachamos y...yo volví a mi cama, pero a él lo perdí por el camino.

—Fio lo va a matar. Y después te va a matar a vos.

—Necesito tu ayuda. Tenemos que encontrarlo.

—Vamos. Pero no me pierdas a mí. Yo también estoy algo borracha.

Los dos salimos en silencio y en la oscuridad de la posada, hasta el patio. El rocío había mojado el pasto y un suave viento nos alborotaba el pelo. Genie y yo caminamos por la inmensidad de la posada, rumbo a un monte.

—¿A dónde se habrá ido?—dije

—No te hagas drama. Siempre encuentra el camino a casa.

—Navidad del 2014. No encontró el camino a casa.

—Pero esa obra en construcción estaba cerca de su departamento. Yo lo cuento como una victoria.

—¿Se habrá ido por allá?

—Creo que, si seguimos caminando, vamos a terminar en La Plata.

—La Plata está hacia el otro lado.

—Perdón, señor conocedor. Ahí vivía Johanna, ¿no?

—Sí.

—Me caía bien Johanna. Es tu mejor expareja. Sin contar cuando vos y José fingieron ser gay cuando Simón vendía su departamento.

—Ahora somos solamente amigos.

Genie sonrió.

—¿Te puedo decir algo? Fue un poco loco cómo de repente ella y vos cortaron. Ósea, pusiste mucho de vos, y mucha plata, para enamorarla. ¿Por qué murió todo tan rápido?

—Ella quería vivir en La Plata y yo no.

—Eso es humo. Decime la verdad. ¿Qué pasó?

—Nosotros...cortamos por vos.

Simón estaba deambulando por la ruta, caminando erráticamente con un vaso de whisky en la mano. Mientras lo hacía, se encontró con dos veinteañeros, que venían caminado en la dirección opuesta. Se acercó a ellos y los olfateó, además de analizarlos.

—Chicos, hoy es su día de suerte. Porque hoy, hoy voy a enseñarles a.....—y vomitó en el asfalto—...A vivir. ¿Alguno tiene un chicle o una menta?

—¿Cómo nos vas a enseñar a vivir exactamente?—dijo uno de los chicos.

—El camino para ser genial empieza con un...bueno, con varios pasos sencillos. Primero, vamos a un cabaret.

—¿Cabaret?—dijo el otro—Estamos en medio del campo.

—Siempre hay un cabaret—dijo el rubio y comenzó a caminar

—Che, ¿no tenes miedo de que este tipo quiera matarnos?

—Nos rebotaron veinte minas esta noche y dormimos en cuchetas. ¿Realmente morir sería tan malo?

—Buen punto. Pero tengo una sensación rara. Ósea, hay algo raro sobre...wow. ¿Encontró un cabaret?

—Muchachos, pregunta rápida. ¿Por qué este lugar se llama "club de caballeros"? Respuesta: porque Ladillalandia es un lugar para caballeros. Un caballero da propinas generosas, un caballero usa los perfumes gratis del baño, pero no muchos. Y esto es importante: su sentido común puede decirles que no toquen el buffet gratis. Su sentido común está equivocado. No dejen de comer el puré de papas. ¡Vamos adentro!