Cuento Chino

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Chicos, en el año 2016, Luigi decidió comprar un Pac-Man. Entre otras cosas, eso significaba que el Bar estaba lleno de jóvenes universitarios y adultos que no habían superado su niñez. Entre todos ellos, estaba su tío José.

—¿No crees que estas un poco viejo para esto?—dije—No vale la pena gastar tantas monedas.

—Juan, he sido campeón de Pac-Man desde primer grado. Tengo que mantener mi estado practicando por lo menos una vez por mes y seguir con mi record.

—Bueno, parece que te han superado—dije señalando una pizarra en la pared—Un tal "Gran sexy" es el nuevo campeón.

—Sí, lo hizo.

—¿Vos sos "Gran sexy"?

—El más grande. Pero vamos a sentarnos, pronto vendrá alguien.

—¿A quién más invitaste?

—A Lamas.

—¿Lamas? ¿Me estas jodiendo?

Nos habíamos enterado de la existencia de Lamas unas semanas antes.

Unas semanas antes.

—No van a creer lo que hizo Lamas hoy—dijo José, sentándose en nuestra mesa del Bar.

—¿Quién es Lamas?—dije.

—Es un nuevo empleado en el Banco—dijo Eva—Es un capo.

—Capo. Resulta en la cocina había un tarro con dulce de leche y Lamas dice: "200 pesos a que me como el tarro entero" Y le dimos los 200 mangos..y...y...¡se comió todo el tarro! Ósea, se lo tiro todo en la cara, se ensucio completamente—dijo su tío, sin poder aguantarse la risa—Lamas...

Y después de eso, las historias siguieron viniendo.

—Así que el gerente se pone a firmar algunos documentos de transferencias. Entonces Lamas se levanta y dice: "Perdóneme, señor, me parece que olvidamos algo". Y se levanta y se pone a bailar atrás del viejo. ¡No me podía parar de reír!

Y siguieron.

—Entonces, todos fuimos a un Bar después del laburo. Lamas se sube a una silla y se pone a bailar como una stripper borracha. Y, a los cincos minutos, se sacó la camisa y me la tiro por la cabeza. ¡Tan repugnante!

Presente.

—Bueno, será muy bueno conocer por fin al famoso Lamas—dije—Después de tantas historias.

—Y está a punto de suceder otra historia—dijo el rubio, quien llegó junto con Fiorella—Voy a darle a Lamas.

—¿Escucharon lo mismo que yo?—dije

—Si—dijo Fiorella—Rubio, ¿vos le das a todo lo que camina?

—No solo vamos a caminar. Vamos a gatear, a rodar, a saltar y a montar. Sí, me escucharon.

—Vos...vos...pero vos...No tenes...¿En serio?

—¿Cómo va gente?—dijo Lamas, sentándose junto a nosotros. Y no era lo que yo pensaba.

—Che, te vas a reír, pero pensaba que Lamas era hombre—dije, cuando José y yo estábamos solos jugando al Pac-Man.

—¿Eh? ¡Estás loco! ¿Por qué se te ocurrió pensar eso?

—Bueno, que se yo. A lo mejor fue la historia de "Lamas meando por la ventana de un taxi"

—¿No te parece más impresionante ahora?

How I met your motherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora