How I met your mother

Despedida de soltero

Con la boda acercándose más y más, llego el momento más esperando por parte del novio.

—¿Qué están haciendo?—dijo Simón sentándose frente a nosotros con un vaso de whisky en la mano.

—Terminando de planear la despedida de soltero de José—dije.

—Ah, entonces no han empezado. Decime, ¿ya hiciste el contrato con Fiorella?

—¿Contrato?—dijo José.

—Sí, ya sabes. Que es lo que podes tocar y lo que te pueden tocar. ¿Ya lo decidieron? Muéstramelo en Juan.

—En realidad—dije—Decidimos obviar las strippers.

—¿Una despedida de soltero sin strippers?

Eso es lo peor que pude haber dicho. No es necesario que lo sepan, pero a su tío Simón le encantaba organizar despedidas de solteros. En realidad, el plan era muy simple. Empiezas con una pequeña habitación de hotel. Acomodas las sillas en círculo, las llenas con tus amigos más cercanos. Subís la calefacción y llenas el aire con humo de cigarrillo. Y luego, en medio de la habitación, pones una chica. Pero no una chica hermosa. No, si alguna vez esta chica fue hermosa fue antes de tener dos hijos, de pasar por una clínica de recuperación, volver a caer en la droga, recuperarse, hacerse cinco tatuajes y tener un problemita con el alcohol.

Después esa chica comienza a hacerle cosas que humillan al novio, a ella misma y, en realidad, a toda la raza humana.

—No quiero nada de eso en mi fiesta—dijo José—Piero todavía sigue traumado. Es mi despedida, no tendremos strippers.

—Ah, míralo. Piensa que tiene poder de elección. Esto es una dictadura y, como jefe digo, ¡strippers! Solamente díganme a donde vamos a ir y hago unas llamadas. Pregunta rápida, ¿les molestan los brazos ortopédicos?

—Simón, hay...

—Antes de que digan que no, ¡tiene accesorios!

—Mira, sé que tenes planes, pero José me dijo exactamente qué es lo que quiere.

—¿Qué les pasa? ¿No les gustan las mujeres desnudas?

—Claro que nos encantan. En este orden: mujeres desnudas, democracia, Wi-Fi. Pero no nos gustan tus mujeres desnudas.

—¿Por? ¿No son sensuales?

—Esto es importante para José. Prométeme que no va a haber strippers.

—Te lo prometo—dijo el rubio guiñando un ojo.

—Guiñaste el ojo—dije.

—No, no es cierto.

—Volviste a hacerlo.

—Posta. Sin strippers.

—Ahora decilo sin guiñar el ojo.

—Sin sorpresas.

Cuando su tío volvió a hacerlo, deje caer la cabeza entre los brazos. Aun así, cuando llego el día de la despedida, subimos a un FairLine alquilado y partimos. Ahora, toda despedida de soltero tiene los mismos personajes típicos. Primero está el novio, José en este caso; El padrino, representado por un servidor; El tipo que dice frases hechas.

—¡El muerto que habla!—dijo Piero, tocando los hombros de José.

El tipo que se va a al empezar la noche y no aparece hasta el final.

—¿Jugamos al póker antes de ir al hotel? —dijo Marcos, uno de los compañeros del Banco.

Todos sacudimos la cabeza y dijimos que no.