Capítulo 7

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El primer sol salía de atrás de las montañas cuando mi doncella Luna me despertó para desayunar.

—Afra... despierta—me susurró.

Me senté en la cama. Pasando las yemas de mis dedos por mis ojos.

—Buenos días. El rey quiere presentarte a los demás en una reunión. Alístate para bajar—murmuró antes de salir de mi campo de visión.

Fui al baño, para cuando salí encontrarme con Luna delante de mi tocador. Con muchas cosas en las manos.

—Hola, he traído maquillaje, peines y cosas para el cabello. Tienes que estar lo más presentable posible. Estan casi todos los reyes—me enseñó su puño levantando el pulgar.

—Me voy a poner el vestido rojo, estoy emocionada, es mi primera ves con ropa de otro color—le hablé con emoción. Saimond mientras tanto seguía dormido.

—Vale, yo te ayudo.

Entre al baño, me coloque la ropa interior. Salí y Luna me ayudó a ponerme el vestido.
El vestido estaba hecho de tafetán, era rojo vino. Hacia contraste con mi piel, me levantaba los pechos dejando ver el lunar que había en uno de ellos. Y tenía la característica "U" en la espalda. Se amoldaba a mi cintura haciéndola más pequeña.

—Ven amiga—me llamó Luna para que me sentará delante del tocador—No te asustes es maquillaje de humanos, ok. Solo te hará ver más bonita—asentí, con una sonrisa que marcaba mis hoyuelos.

Abre una cajita y pasa una brocha. Empieza a esparcir polvo por toda mi cara. Se sentía bien.

—Sabes, me gusta un chico—me habla con ilusión—pero yo creo que nunca le gustaré.

—¿Por qué dices eso? Si eres hermosa, eres una buena humana.

—Es que—suspira de la nada—es el príncipe Rinasí.

—¡Wow! No está nada mal.

Después saca más cosas de la bolsa.

—Mira, esto es rimel, hará que tus pestañas sean más largas—murmura cuando me pasa un palito con algo por las pestañas—y esto es un gloss—dice cuando me echa una cosa pegajosa en los labios.

—¿Estoy quedando bien?—pregunto preocupada.

—Claro que si, voy a peinarte. ¿Qué peinado te podría hacer?—se pregunta a si misma, pensativa.

—Tengo una idea—le informo poniendo una cara mala y ella me mira devolviendo la mueca—Cortarme el pelo.

—¿Que?

—Si, ya lo tengo por las caderas, creo que debería cortarlo ya—pongo una sonrisa.
Ella suelta un suspiro.

—Vale, manos a la obra—dice sacando unas tijeras.

Se para tras de mi, cortando mi pelo por la mitad de la espalda, con cuidado de no cortarme la pluma de algún ala.

—Listo, creo que voy a ondular tu pelo, tu color es único.

Saca del bolso una herramienta cuyo nombre desconozco y la empieza a pasar por mi pelo.

—¡Ya estás lista! ¡Te ves preciosa!—me exclama. Me volteo al espejo de cuerpo entero y me quedo mirando fija. Estoy... ¿Hermosa? Yo creo que sí. Mis pestañas son más largas, mis labios brillas, tengo un poco de rubor en las mejillas, el vestido me queda... ¡Wow! Quisiera que no resaltará tanto mis pecho pero... No está mal, y mi pelo cae por mis hombros formando ondas.

—¡Gracias!

Me pongo la capa y los jodidos guantes de camionero. Luna me guía hasta el mismo salón de ayer. Abre las puertas y veo al rey, tiene unos pantalones bombachos de un color azul oscuro y una camisa blanca con los dos primeros botones desabrochados, su pelo está revuelto y su corona de lado. Se ve como una deidad.

Las alas del atrix [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora