Capítulo 18 🔞

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Este cap tiene contenido +18. No es necesario leer lo que no desee. Solo hay algunos diálogos importantes. ⚠️

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Entré y me quedé de brazos cruzados.

—Siéntate—me ordena y yo me mantengo de pie.

—No estoy de humor para hablar. ¿Que quieres? Tengo sueño—finjo un bostezo.

—¿Por qué te pusiste así en el desayuno?

—¿Así como?

—Enojada, ahorcaste a un sirviente delante de todos. A Eli no le gusta la violencia—hay va de nuevo con la mugre.

—A mí que me importa tu queridísima Eli. Puedo matar a todo el que se me la gana y no podrás impedirlo—porque un hechicero no puede superarme en poder.

—La amenazaste de muerte, solo te dijo niña y tú...

—No me gusta que me digan niña y puedo amenazarla todos las veces que quiera.

—Afra...—mi nombre en sus labios sonaba excitante. Y cometí el error de ver sus labios.

Me abalanzo sobre él y empiezo a besarlo descontroladamente. Mi corazón está apresurado, parece una bomba a punto de explotar. Se sienta en el cama y yo en sus piernas y se aleja interrumpiendo el beso.

—¿Estás celosa?—pregunta sonriendo.

—Si—vuelvo a besarlo, sus labios se abren dando paso a que nuestras lenguas jueguen y sus manos van apretando mi cintura. Se quita la camisa y vuelve a besarme.

Mientras lo beso zafo el cinto de su pantalón y lo tiro a un lado. Una de sus manos va a mi nuca profundizando el beso y lo único que se escucha en la habitación son los jadeos.

—¿Eres virgen, condenada?—pregunta cuando baja a lamer mi cuello.

—No—me sincero. Él para por un segundo y me mira.

—¿Puedes repetir la respuesta?—interroga si entender.

—No soy virgen—le aclaro.

—Pero...—vuelvo a besarlo. Que le importa.

Me tira sobre la cama y cae sobre mí. Los besos son descontrolados, mis jadeos aumentan y sus manos van a los tirantes de mi vestido, lo quita de un tirón dejando mis pechos al aire. Trato que los recuerdos de aquella noche no lleguen a mi mente. Su boca baja a mi cuello y deja besos húmedos por todo este, baja más hasta estar entre mis senos. Primero va al izquierdo y empieza a dar besos sobre él, su mano lo agarra y se lo mete dentro de la boca, su lengua juega con mi pezón sacándome pequeños gemidos, lo suelta y comienza a succionar alrededor de él dejando marcas rojas. Se va al otro seno y repite la acción, mientras tanto sus manos se deslizan por mi muslo llegando a mis bragas. Toca mi entrepierna a través de la tela que me hace arquear la espalda.

—Uhhhh, estás empapada y no hemos empezado—da un beso en mi mejilla y después va a mi cuello, lamiendo y chupando.

Con una de sus manos arranca mis bragas y con su dedo empieza a sobar mi entrepierna estremeciendo cada parte de mi cuerpo.

—¿Lento o rápido?—pregunta cuando mete dos de sus dedos haciéndome gemir.

—Primero lento y después rápi...

—Entendido—Vuelve a besarme ahogando mis jadeos.

Sus dedos salen y entren a un ritmo despacio, mis cadera bajan y suben solas al mismo ritmo, mis ojos se quedan prácticamente en blanco, aumenta la velocidad, salen y entran con mayor rapidez, retira los dedos y se los lleva a la boca. Suelta un gruñido chupándose los dedos. Muerdo mi labio de forma inconsciente.

Las alas del atrix [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora