Las alas del atrix [1]

Capítulo 28

Zyker VII Naftaest

Me desperté en la noche con Afra a mi lado. Que camilla más incómoda. A esta hora todos deben estar durmiendo.

Tengo hambre.

Bajo mi mirada a Afra y veo sus ojos dispares mirándome.

"—¡Zyker, despierta!—golpeó mi pecho con rabia—No puedes hacerme esto a mí—lloró—Zyker, despierta, te lo suplico. Tenemos que ir al castillo y criar a nuestro grifo. Tenemos que hacer más picnics, tenemos que hacer reunión y mejorar tu reino, tenemos que hacer fiestas y yo bailar sobre tus pies, maldito creído. No mueras. ¿Quién hará mis vestidos si mueres? ¿Quién recolectará mis plumas si mueres? ¿Quién se arrodillara ante mí para ponerme los tacones? ¿Quién va a peinarme el cabello si mueres? ¿Quién me repetirá que soy su condenada? ¿Quién? ¡¿Quién?! Se que tú quieres que yo me quede a tu lado y usas ese estúpido pretexto de estar condenada para que no me valla. ¡Despierta!—gritó con furiosa mientras golpeaba mi pecho una y otra vez en su puño."

Estaba muriendo pero la escuché, escuché todo lo que gritó con una rabia capaz de tapar su miedo.

¿Entonces ella también tenía miedo de perderme?

—¿Sabes que te escuché?—murmuré.

—¡¿Ehhh?!—se alarmó.

—¡Zykir, dispirti! Ni pidis hicirmi isti a mí. Zikir, dispirti, ti li sipliqui—hablé burlón. Afra se sentó y pegó las rodillas a su pecho.

—¿Crees que es gracioso ver cómo mueres delante de mis ojos? ¿Crees que es lindo ver cómo trato de salvarte y no reaccionas? ¿Crees que es lindo perder una de las pocas mierdas que tienes?—escupió con rabia.

—No, solo...

—¿Te gustaría verme morir?—arqueó una ceja.

—¡No!—solté un suspiro imaginando algo parecido.

—¡Entonces no te burles de lo que sentí mientras casi mueres!—me regaña mientras yo veo la luna por la ventana, estuvimos todo el día durmiendo—. Yo pensé que te ibas a morir—en las últimas palabras su voz se quiebran y yo quitó la mirada de la ventana y cuando la veo tiene la cara empapada en lágrimas rojas.

—No, no, no—tomé su carita entre mis manos—No llores condenada, no lo hagas. Sabes que a veces soy un tonto que bromea con estás mierdas.

La abrazo tratando de consolarla.

—Es que yo pensé—llora contra mi pecho—que no podría salvarte. Yo pensé que te perdería. Y entonces... Tu-tu no respondías, tu corazón ca-casi no latía y...—la apreté más a mí.

—¿Cómo crees que yo, él mejor rey de Hurgaftan te iba a dejar sin condena? ¿Crees que te ibas a librar de mí? Ni lo sueñes—bromeo.

—¡Creído!—murmura.

—¿Enserio te importo tanto, Afra?—quise oírlo de sus labios.

—Más de lo que crees—se reusó a soltarme.

—¿Y...? ¿Te puedo hacer una pregunta?—murmuré. Necesito cambiar de tema.

Ella se apartó y sonrió.

—Yo me estás haciendo una pregunta—pude ver su ala, verdaderamente estaba rota.

—¿Que tal si hacemos un juego de preguntas? Para conocernos más...

—¡Ju! Yo empiezo—asentí—¿Cuando es tu cumpleaños?

—En dos semanas—parpadeó—Me toca preguntar. Mmmm... ¿Has estado en un cortejo antes?—su expresión cambió a una que no supe descifrar.