Las alas del atrix [1]

Capítulo 16

Afra Tuedelaff

Acabo de despertar. Estoy un poco cansada. Me quedo pensando en lo que ocurrió ayer. Todo lo que me confesó el rey mientras lloraba. Coleccionaba mis plumas, eso sí es raro. También diseña mis vestidos, también es raro. Y me hizo muy feliz volver a saborear las galletas de la abuela aunque fueran hechas por otras manos, las del rey.

Todo lo que me dijo ayer me hizo cambiar mi opinión respecto a él. Él no era cruel, ni malo, ni despiadado, era cuidadoso, delicado, atento, caballeroso y me arriesgo a decir que tierno. Era como los niños, lo que estaba un poco... roto.

Lo ví llorar, lo escuché confesar cosas sobre su madre, eso le dolía. Todavía en su corazón hay una herida que no sabe curar. Cuando imploró perdón sus palabras estaban llenas de súplicas y dolor, eso me destruyó, nunca pensé que el rey más estricto de Hurgaftan fuera tan... frágil.

Me agradó mucho la visita de los chicos y Nedion me cae mucho mejor. ¡Me regaló mis flores favorita!

Salgo de mis pensamientos y voy al baño a asearme, cuando voy a buscar el vestido que dejaron hoy para mí, me encuentro con uno holgado y de color negro. Que raro. Me lo pongo y me miró al espejo. Era liviano, me llegaba a las rodillas y estaba ajustado a la cintura. No era necesario el sujetador.

Pase por la habitación de Saimond a dar los buenos días y después me dirijo al comedor.
El guardia me abre las puertas y al entrar ví a Noal, Zyker y Luna riendo en la mesa. Noal y Luna de un lado de la mesa juntos y al otro lado Zyker frente a Noal.

—Buenos días Afra—dijeron Luna y Noal a la unisono.

—Hola, chicos.

El rey me dió una sonrisa y asintió, hice lo mismo.

Me senté alado derecho del rey quedando frente a Luna.

—¿Qué tal?—pregunto.

—Estamos debatiendo que color es mejor—murmura Luna.

—Zyker dice que es el azul, Luna dice que es el rosado y yo que es el rojo—dice Noal.—¿Qué opinas? ¿Cuál es tu favorito?

—Emm... Me gusta el color de las plantas, el césped, las hojas de los árboles, el que resalta en un arcoiris, el más llamativo. El verde—me expreso.

—Todos pensamos que era el negro porque siempre andas vestida de ese color—murmura Noal.

—No, pero todo los colores son necesarios para formar un arcoiris o un atardecer, pero el negro nunca está presente en estos casos, solo en la noche. Muchos colores combinados pueden formar un lindo paisaje. Pero el color negro de la noche no necesita mezclarse con ninguno para hacer bonito al cielo. Por eso visto de negro, no es necesario muchos colores para resaltar. Las cosas simples siempre serán mejores—digo mirando al rey.

—En resumidas palabras eres como un sabio—siseó Noal.

—Solo soy simple—me encogí de hombros.

El desayuno llega a la mesa. Leche y empanadas, uvas, bayas, plátano y mariscos, que obviamente son para el rey.

—¿Que opinan de la dimensión Alfhender?

—¿La de humanos inmortales y hombres lobo?—pregunto.

—Si, oí decir que las manada de hombres lobos eligen a una humana cada doscientos mil años para ser sirvienta del jefe.

—Que raro—farfulla Noal.

Terminamos el desayuno en silencio. Luna y Noal se fueron a no se dónde dejándonos solos al rey y a mi. No sé cómo comenzar una conversación.