Capítulo 20

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Noal Jenser

Después de mi conversación con la Afra fui directo al cuarto de Zyker. Me siento en el sillón listo para darle a Zyker el sermón de su vida.

—Zyker VII Naftaest. Has cometido un gravísimo error—le dije y el me miró asustado desde la cama.

—¿Que le dijo Elizabeth?—pregunta comiéndose las uñas.

—Zyker, tu querida amiga le ha destrozado la autoestima a tu amada condenada. Le tuvo que decir algo fuerte para que ella la sacara a rastras del castillo—en resumen.

—¿Que tú crees que le allá dicho?—pregunta.

—Eso ya no es importante—descarto el tema—¿Le explicaste tu relación con Elizabeth hace unos años?

—No.

—¿Cómo que no? Ese es el problema. La estás confundiendo. Tienes que dejarle claro los objetivos que tienes con ella—paso las manos con frustración por mi cabello.

—¿Cómo?—ladea la cabeza.

—Antes de empezar mi relación con Luna tuve que darle su espacio. Luna me gustó a penas llegó al castillo. Nunca me atreví a hablarle hasta un día que la encontré llorando en el pasillo. A ella le gustaba otra persona, pero yo la trate muy bien, después le demostré el interés que tenía por ella y ella se interesó en mí. Pero tú—lo señalo—eres imbécil.

—¿Por qué? Todo lo he hecho a la perfección—se agitó.

—Zyker—suelto el aire tratando de hablar con este tonto—Afra no tiene experiencia en los temas amoros, no sabe cómo funcionan las relaciones. Es algo que sale solo. Pero a veces uno siente miedo. Y este es su caso. Tenías que ir muy, pero muy, despacio. ¿Entiendes? Ella estaba tan confundida que sus ojos estaban grises, al segundo negros y al otro segundo grises. Le cambiaban cada un segundo de color.

—Creo que ya entiendo. Deberíamos conocernos más. ¿No crees? Es que ella es muy... dispar, sus reacciones son distintas a las de otras mujeres.—hizo una mueca.

—Claro que sí. Ella tiene ciento dieciocho, a esa edad tu y yo hablabamos de los mocos—recuerdo eso tiempos, no teníamos tantas preocupaciones.

—¿Pero que debo hacer exactamente? Dime algo, eres mi consejero personal—exige.

—Dejar que las cosas fluyan. Está claro que ambos tienen interés, que lo tengan no significa que tengan que forzar las cosas—no he conocido a alguien tan tonto como Zyker—¿Que hicieron en la fiesta blanca?

—Rodamos en el lodo y dormimos en mi cama.

—¿Qué hicieron en las cascadas?

—Nos besamos.

—¿Qué hicieron cuando le regalaste el jardín?

—Nos besamos.

—¿Qué hicieron cuando la llamaste a tu cuarto para explicarte lo de Elizabeth? ¡Espera! Eso ya lo se—digo alarmado.

—¿Entonces?

—Quiero decir que no tiene que meterse mano cada vez que estén en un buen momento.

—Es que ella dijo que quería besarme y yo no me pude contener. ¡Que desfachatez!—exclamó.

—Control, control, control, control, Zyker, eso necesitas—suelto el aire—Control.

—Ok. ¿Ahora que hago?

—Ahora la dejas un rato en su cuarto. No la asfixies. Tienes que darle espacio. Piensa en lo próximo que harán. ¡Nada turbio!

—No me hablas de eso. Fui casi un caballero cuando nos acostamos.

—¡Esa niña no sabe lo que le espera!—sonreí.

—No le digas niña, no querrás terminar como el sirviente—recuerdo el pobre sirviente.

—Solo hay algo que no entiendo. ¿Por qué te fijaste en ella? ¿Que llamó tu atención? Ella es diferente a tu tipo. ¿La quieres? ¿Que hay del trato?

—Noal, yo no tengo ni la menor idea de porque me fijé en ella. Solo... no lo sé Noal. No encuentro una explicación. Creo que la quiero—abrí mis ojos sorprendido.

—Ya no tienes que usar tu fachada de rey cruel. Seguramente ya le mostraste que eres un tipejo tierno—sus mejillas se sonrojan y yo abro más mis ojos.

—Le pedí besitos de bebé—baja la cabeza apenado. Mi boca se abre por inercia.

—No. Puede. Ser.

—También me recuerda a mamá, tienen una personalidad parecida y...

—Ni se te ocurra decirle que te interesa porque te recuerda a tu mamá. No la cagues de esa forma, Zyker.

—Yo no la quiero por eso. Obviamente no. Yo tengo muchas razones para quererla y esa no es una de ellas—creo que estoy más calmado.

—Zyker. ¿Y el trato?—trato de preguntar, este tema se está volviendo un tabú—Afra tiene idea de algo de esto.

—Ayyy Noal. No quiero hablar de esto. La próxima semana voy al reino de los vampiros. Para comercializar las ventas de los productos de mis tierras y tratar de anular el trato—explica.

—¿Y Afra?

—Va conmigo—dice como si nada.

—¿Eres estúpido? Cómo la vas a llevar a la cueva del lobo?—llevarla ahí sería matarla.

—Corre el mismo riesgo dejarla aquí. Nos pueden atacar para secuestrarla o algo. Pero allá estará conmigo, corre el mismo riesgo en las dos situaciones.

—Premedita tus decisiones Zyker. Yo te apoyaré en cualquiera de tus ellas. No siempre la correcta es la mejor—murmuro saliendo de la habitación.

Salgo de su habitación, este imbécil está loco.

Llego a mi habitación, estoy esperando que Luna llegué para hacerle una propuesta. La puerta se abre y Luna entre corriendo.

—Disculpa, no quería llegar tarde pero...—se apresura a decir pero la interrumpió con un beso en los labios.

—Te tengo una propuesta—digo con cara de malo juntando la palma de mis manos—Pero si no quieres, yo lo entiendo.

—¿Qué?

—Quedate permanentemente en mi habitación—dije agarrando sus manos—Digo , si quieres puedes quedarte conmigo a compartir habitación—hablé emocionado.

—¿Lo dices enserio?—preguntó y yo asentí. Ella pareció dudar por un momento—¡Siiiiii!—chilló brincando por todo el lugar y una lágrima rodó por su mejilla.

—¿Por qué lloras?—fruncí el ceño.

—Es que estoy muy emocionada, nunca imaginé que me ibas a pedir eso—murmuró echándose fresco con la mano.

—Vale, te pusiste sentimental—río abrazándola—te amo, Luna.

—¡Te amoooooooo Noal!

Sus labios conectaron con los míos creando una corriente de felicidad por todo mi cuerpo. Nunca imaginé nada de esto. Recuerdo el miedo que tenía de acercarme y que me rechazara. Pero ya todo está bien.

—¿Zyker y Afra? ¿Que tal ellos?

—Bueno, están... no sé—me encojo de hombros.

—Seremos los mejores cupidos de la historia, verás—sonrie.

—Mi lunita—pego mi frente a la suya.

—Mi Nopito—ella continúa con ese tonto apodo. La amo, desde el primer día aunque ella no lo sepa.

Nota del autor:

Así que a Noal le gustaba Luna desde hace que llegó. Yo no lo sabía.

Liuba🥑

Las alas del atrix [1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora