29. Eʟ ᴛʀɪ́ᴏ ᴄᴀʟᴀᴠᴇʀᴀ

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Kate colgó el teléfono, sintiendo una mezcla de nerviosismo y determinación. Miró a su alrededor, considerando si debería avisar a Dean y Sam sobre la llamada de Damon. Pero desechó esa idea rápidamente. Pues ninguno de los hermanos sabía quien era, o por lo menos lo que era. Era un tema que había sido delicado para ella, pero estaba acostumbrada a guardarse todas sus emociones, pues desde siempre ella se había tenido que manejar sola. Además, no quería involucrarlos innecesariamente en algo que podría manejar sola, pues el tema de que el diablo estuviera andando por la tierra tenía más relevancia.

Comenzó a guardar su ropa y algunas cosas desperdigadas por la habitación en su bolsa, tratando de hacer el menor ruido posible. Su mente estaba enfocada en el posible peligro que la esperaba en Mystic Falls y en cómo podría ayudar a Damon. Terminó de empacar y respiró hondo antes de salir de la habitación.

Bajó las escaleras con cuidado, tratando de no llamar la atención de nadie en la casa. Pero justo cuando estaba por salir por la puerta principal, se encontró con Sam, que la miró con curiosidad al ver la bolsa en sus manos.

-¿A dónde vas, Kate? —preguntó el alto, curioso.

En ese momento, Dean apareció desde el salón, acercándose a la puerta y haciendo la misma pregunta. -¿Es que pensabas escaquearte como una adolescente?

La cazadora frunció el ceño ante el comentario del mayor "es que a caso se cree gracioso" pensó. -Un caso- comentó un poco seca.

Sam levantó una ceja y asintió, viendo una oportunidad.- Eso es perfecto, nos vendrá bien cazar a algún monstruo. - este miró a su hermano para confirmar su acuerdo.

La morena vio como ambos Winchester se miraban -Eh, no. Vosotros no vais a venir.

Dean frunció el ceño, no convencido. -¿Y eso? ¿Es que ya no te mola que seamos los tres mosqueteros?

La joven suspiró ante la otra broma del rubio, si quería evitar que ambos la acompañaron debía de buscar una excusa y una adecuada, pues sabía lo cabezotas que eran ambos.

-Es que... necesito tiempo a solas para reflexionar sobre algunas cosas. Ya sabes, un poco de espacio personal —dijo, pero incluso mientras lo decía, sabía que sonaba ridículo.

Sam la miró extrañado, claramente no creyendo en su explicación.

-¿Tiempo a solas? ¿En medio de un posible caso sobrenatural?- preguntó, cruzando los brazos.

El mayor de los allí presentes soltó una risa seca. -Dios Kate, es la peor excusa que he oído nunca. Venga Sammy, tenemos que patear unos cuantos traseros. - dijo apoyando sus manos sobre los hombros de su hermano. 

-Dean, cuántas veces tengo que decirte que dejes de llamarme así. Es Sam.- reclamó el castaño.

Kate siguió renegando, tratando de hacerlos cambiar de opinión. -De verdad, no hace falta. Además, tenéis cosas más importantes de las que preocuparos ahora mismo. La lucha con el cielo y el infierno y esas mierdas - explicó ella.

Los chicos se miraron, luego volvieron a mirar a la castaña que estaba apoyada en la puerta.

-Nos vendrá bien, además si algo pasa seguro que Cass se encargará de hacérnoslo saber. -dijo el alto con firmeza.

La cazadora suspiró, dándose cuenta de que no iba a ganar esta pelea. Eran dos contra uno, y ellos estaban decididos a acompañarla.

-Sabéis es una mierda que siempre os pongáis de parte el uno del otro - balbuceó afirmando que esta vez dejaría que la acompañaran.

El mediodía otoñal bañaba la casa de Sioux Falls con una luz dorada y suave, las hojas caídas crujían bajo sus pies mientras el trío salía de la casa. El aire fresco y crispado les daba una sensación de energía renovada mientras caminaban hacia el Impala, que brillaba con el reflejo del sol. 

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora