55. Nᴏ ʟᴏ sᴇ́

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Ambos asintieron, esta se giró lentamente para encontrarse cara a cara con el ángel, que la observaba con su habitual expresión seria.

—Hola— dijo, el de la gabardina.

—¿Hola?— respondió la cazadora, de manera retórica.

Castiel asintió, y Kate, miró incrédula a ambos hermanos, se dirigió de nuevo al ángel con tono burlón, repitiendo—Hola.

Este se mostró confundido.—¿Todavía se sigue saludando así no?

La castaña soltó una risa sorda.—Llevo el último año intentando contactar contigo, Castiel, y Dean te llama una vez y lo único que tienes que decir es "hola".

El ángel asintió de nuevo.—Sí.

Esta frunció el ceño.—¿Qué pasa, es que no te caigo bien?

—Dean y yo tenemos un vínculo más profundo.— explicó el de la gabardina, acompañado de un suspiro.

El mayor de los Winchester hizo una mueca de incomodidad y alzó una ceja.

Sam, viendo la situación, empezó a reírse, intentando contenerse. Kate lo miró por un momento, luego volvió a mirar a Dean. —¿Es que ha pasado algo entre vosotros que me queráis contar?

El rubio, rápidamente, negó con la cabeza y se levantó del borde de la cama, dirigiéndose al ángel.—Lo que Kate quiere decir es que ella fue al infierno para salvarnos y luego volvió sin saber cómo, y tú no te dignaste a dedicarle ni un minuto para responderla.

Castiel miró a Dean —Si tuviera alguna respuesta, lo habría hecho.—admitió, girándose para mirar a la mujer.—Lo siento, Kate. Ninguno de los ángeles sabe quién o por qué te sacaron de la jaula.

Esta se cruzó de brazos. —Así que... no fue Dios.

El de la gabardina negó con la cabeza.—No, nadie sabe nada de Él. Todo sigue siendo un misterio.

—¿Qué quieres decir con eso?— preguntó la castaña.

El ángel un poco ya molesto, la volvió a contestar. —Que parte de "no lo sé" es la que tu cerebro no llega a comprender.

Sam viendo que las cosas se estaban poniendo tensas, decidió intervenir. —Creo, que podrías haberle dicho eso Cas. Cuando te llamó, se lo podrías haber dicho.

—Sí, no sólo porque tú y yo tenemos ese vínculo raro, puedes pasar del resto. — añadió Dean.

Castiel giró la cabeza para mirar a este último.— No he venido porque me hayas llamado. He venido por eso. — dijo señalando el bote de cristal con los insectos.

El más alto de ellos frunció el ceño.—Espera, entonces ¿los ángeles no tenéis nada que ver con todo esto?

El de la gabardina negó con la cabeza. —No, pero alguien los asesinó con una de nuestras armas.— se acercó a ojear los papeles y documentos que había encima de la mesa. —Sólo hay una cosa capaz de hacer esto... Vosotros la llamáis la Vara de Moisés.

Los tres cazadores compartieron una mirada de asombro, alzando las cejas y abriendo los ojos.

—Te refieres a "LA VARA"— dijo Kate, con los ojos todavía abiertos. Consiguiendo un asentimiento por parte del de la gabardina.

—Pensaba que la vara convertía el río en sangre, no a una persona.— admitió Sam.

El ángel seguía mirando los documentos que había sobre la mesa. —Bueno, todavía no está siendo usada con su máxima potencia.— dijo provocando que los tres permanecieran en silencio. A continuación alzó la mirada.—Podéis descartar a Moisés como sospechoso.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora