Hace 1 año
Entonces me sonrió con lágrimas en sus preciosos ojos avellana, se giró y sin poder detenerla cayó, cayó al infierno con Lucifer, cerrándose las puertas del mismo ante mis ojos. En ese momento no podía creerlo, lo que había visto no me parecía real. Grité su nombre lo más fuerte que pude, lo que mis pulmones y mi garganta me dejaron, pero lo que sentía era horrible, era un dolor que me invadía por completo la mujer a la que amaba se había sacrificado por Sammy y por mí.
—¡Kate!— gritaba su nombre con desesperación.
Mientras que yo seguía llorando, mi hermano se acercó a mi, colocando su mano en mi hombro, intentando calmarme.
—Lo siento, Dean— me murmuró, con su voz temblorosa. —Lo siento tanto.
Por un momento alcé mi mirada para ver a Cas, estaba con la cabeza agachada, parecía que él también sentía lo que acababa de pasar.
Sin embargo, no le dije nada, pues seguía desolado, aunque eso no era lo peor, pues cuando Sam seguía a mi lado, oímos como Bobby recuperaba la conciencia, murmurando algo se acercó a nosotros.
Lo primero que hizo fue mirarme y luego miró a mi hermano.
—¿Qué...— murmuró atónito, al vernos a ambos en el suelo.—¿Qué ha pasado?
Con toda la fuerza que pude encontrar en ese momento me levanté secándome las lágrimas. —Kate...— sólo con decir su nombre, sentí como si miles de cuchillas me cortaran la garganta.
Ahí fue cuando Sam decidió contarle a Bobby, todo lo que había pasado desde que había caído inconsciente a causa del golpe de Lucifer.
A día de hoy, sigo sin recordar lo que dijo mi querida figura paterna, porque sólo recuerdo verle llorar de una manera en la que nunca le había visto, lo que sólo me hizo sentirme todavía peor, pues me sentía en parte culpable de lo sucedido.
El viaje de vuelta a Sioux Falls fue horrible, ninguno hablamos, ni pusimos la radio ni nada. Sam no me dejó conducir, algo que claramente no le recriminé al fin y al cabo lo más probable es que tuviéramos un accidente si yo conducía en las condiciones en las que estaba.
Al llegar a casa de Bobby, el silencio de la casa pareció todavía más opresivo. Ninguno de nosotros tenía ganas de hablar, al principio pensaba que Sam me intentaría decir algo, pero tampoco lo hizo. Cada uno nos metimos en nuestras habitaciones sin decir ni una mísera palabra.
Al entrar en mi cuarto, me giré para mirar su habitación, que estaba enfrente de la mía, la puerta estaba entreabierta, se veían unas pocas cosas suyas sobre su escritorio, pero no tuve la valentía de entrar. Me tumbé en mi cama, y una oleada de emociones me envolvió, ahora muchas cosas tenían sentido, como el porqué me había pedido que si algo pasara que me iría de esta vida de mierda, que si algo le pasaba no intentaría traerla de vuelta. Dios me sentía tan estúpido por no haber podido descubrir cuales eran sus planes.
En ese momento alcancé una de las botellas de whiskey que tenía en una de mis estanterías y comencé a beberla, sin pensar, sólo quería que todo ese dolor desapareciera, ese vacío que sentía en mi pecho, era insoportable. Puede que aunque fuera por estar casi etílico pudiera descansar y dejar de sentir aunque fuera por unas horas.
A la mañana siguiente, abrí los ojos con un dolor de cabeza horrible, por un instante sentí como si todo lo vivido el día anterior hubiera sido una jodida pesadilla, pero al ver que Cas, mi amigo alado estaba mirándome con pena en sus ojos me di cuenta de que me equivocaba.
—Dean...— empezó diciendo sereno.
Me levanté de la cama, para alcanzar un par de aspirinas de la mesilla. —¿Qué quieres?— le pregunté.
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EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)
FanficKate Jones ha tenido que superar muchos impedimentos pero por una vez, su vida era relativamente "tranquila" pese a ser una gran cazadora. O lo era hasta que por motivos externos se ve obligada a tener que lidiar con otros cazadores, en este caso c...