EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)

12. Rᴇғᴜɢɪᴀ́ɴᴅᴏɴᴏs ᴇɴ ᴜɴᴀ ᴍᴇɴᴛɪʀᴀ

𝑇𝑒𝑙𝑙 𝑚𝑒 𝑙𝑖𝑒𝑠, 𝑡𝑒𝑙𝑙 𝑚𝑒 𝑠𝑤𝑒𝑒𝑡 𝑙𝑖𝑡𝑡𝑙𝑒 𝑙𝑖𝑒𝑠

-𝘓𝘪𝘵𝘵𝘭𝘦 𝘭𝘪𝘦𝘴, 𝘍𝘭𝘦𝘦𝘵𝘸𝘰𝘰𝘥 𝘔𝘢𝘤-

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Kate entró en la habitación del motel todavía intentando procesar lo que había escuchado. Intentó hacer el menor ruido posible, pues sabía el mal humor que el mayor de los Winchester tenía cuando le despertaban.

Según cerró la puerta se giró a mirar la cama de Dean, asegurándose de que seguía dormido. Más este no estaba. A lo lejos de la habitación, podía ver la luz del baño encendida, que salía por debajo de la puerta de este. Escuchaba un murmuro y agua del grifo.

El de ojos verdes salió del lavabo y miró a la chica.

-¿Es que no sabes contestar a las llamadas? - preguntó molesto.

Ella hizo una pequeña mueca -Me había quedado sin batería - mintió.

Dean suspiró -Bueno, pues la próxima vez avísanos. Sammy había ido a buscarte a ese bar.

Kate no quiso decir nada, pues no creía que esa había sido el motivo por el que el alto no estaba presente. Tampoco pensaba que debía ser ella la que le informara de las actividades extracurriculares que estaba llevando a cabo Sam.

Se quitó la chaqueta, tirándola encima de la cama -¿Y tú qué haces despierto?

El cazador se sentó sobre el borde de su cama deshecha -Nada, me he desvelado.- inventó.

Lo cierto es que Dean, cada vez que cerraba los ojos se volvía a ver allí abajo. La impotencia, el dolor, la angustia, la culpa le invadían. Pues si recordaba cada momento del infierno, recordaba cada lamento, cada grito, cada sentimiento, cada pensamiento y la extrema desesperación.

Esta le volvió a mirar -Dean...- se sentó a su lado.-¿Crees que no me he dado cuenta?

Este alzó su vista-No me apetece hablar de eso. -masculló.

La castaña se volvió a dirigir a él -Está bien, pero no dejes que sea lo que sea que te pase te coma por dentro. Muchas veces sólo necesitamos soltar aquello que nos quita el sueño. -sonrió.

A Dean seguía sorprendiéndole las palabras de Kate, pues era muy observadora, no necesitaba decirle que algo le atormentaba, pues ella ya se había dado cuenta. Le gustaba que fuera una persona con la que poder bromear, pero también con la que poder hablar de temas serios.

-Voy a darme una ducha- señaló la cazadora dirigiéndose al cuarto de baño.

Dean se centró en seguir buscando más información sobre el caso. 

-Sam me contó que conocisteis al hermano de la desaparecida- vociferó Dean.

La castaña que estaba terminando de lavarse contestó -Sí, se llama Matt. Trabaja en el restaurante del pueblo.

El cazador levantó su mirada de los papeles que tenía entre sus manos, al oír la contestación de la chica. 

Esta había dejado la puerta entre abierta, sin darse cuenta, dando una pequeña vista a Dean. Desde su posición podía ver la silueta de ella mientras se movía con gracia dentro del baño. La luz del interior delineaba sus contornos, creando una danza de sombras y destellos. El de ojos verdes no podía apartar la mirada, veía pequeños fragmentos de su cuerpo, mientras se iba vistiendo. 

Al ver que la puerta se iba a abrir, quitó rápidamente sus ojos de la puerta, volviendo a meterlos entre los papeles policiales.

-¿Has encontrado algo nuevo?- le preguntó la joven al salir del baño.