EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)

24. Nᴏ ʜᴀʏ ɴᴀᴅᴀ ϙᴜᴇ ᴍᴇ ᴅᴇᴛᴇɴɢᴀ

𝑊𝑒 𝑠𝑎𝑦 𝑤𝑒'𝑟𝑒 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠, 𝑏𝑢𝑡 𝐼'𝑚 𝑐𝑎𝑡𝑐𝘩𝑖𝑛𝑔 𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑐𝑟𝑜𝑠𝑠 𝑡𝘩𝑒 𝑟𝑜𝑜𝑚

𝐼𝑡 𝑚𝑎𝑘𝑒𝑠 𝑛𝑜 𝑠𝑒𝑛𝑠𝑒, '𝑐𝑎𝑢𝑠𝑒 𝑤𝑒'𝑟𝑒 𝑓𝑖𝑔𝘩𝑡𝑖𝑛𝑔 𝑜𝑣𝑒𝑟 𝑤𝘩𝑎𝑡 𝑤𝑒 𝑑𝑜

𝐴𝑛𝑑 𝑡𝘩𝑒𝑟𝑒'𝑠 𝑛𝑜 𝑤𝑎𝑦 𝑡𝘩𝑎𝑡 𝐼'𝑙𝑙 𝑒𝑛𝑑 𝑢𝑝 𝑏𝑒𝑖𝑛𝑔 𝑤𝑖𝑡𝘩 𝑦𝑜𝑢

𝐵𝑢𝑡 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑜𝑜𝑘 𝑎𝑡 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠 𝑡𝘩𝑎𝑡 𝑤𝑎𝑦

𝐹𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠 𝑑𝑜𝑛'𝑡 𝑙𝑜𝑜𝑘 𝑎𝑡 𝑓𝑟𝑖𝑒𝑛𝑑𝑠 𝑡𝘩𝑎𝑡 𝑤𝑎𝑦

-𝘛𝘩𝘢𝘵 𝘸𝘢𝘺, 𝘛𝘢𝘵𝘦 𝘔𝘤𝘙𝘢𝘦-

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Kate se despertó con un bostezo y estiró los brazos hacia arriba, sintiendo la ligera rigidez en los músculos después de una noche de sueño reparador. Se levantó de la cama con paso tranquilo y se puso un jersey antes de salir de la habitación.

Mientras descendía las escaleras hacia la cocina, el aroma del café recién hecho le saludó cálidamente, envolviéndola en una sensación reconfortante. Al llegar a la cocina, encontró a Bobby sentado en la mesa, con una taza de café entre las manos y una mirada concentrada en un periódico arrugado.

-Buenas Bobby- dijo la castaña preparándose una taza de café.

El de la gorra levantó la mirada del periódico y le devolvió la sonrisa. -Buenos días.

-¿Has visto a Dean?- le preguntó la cazadora.

Bobby asintió -Se ha ido a arreglar uno de los coches del desguace. - dijo señalando la puerta-Suele hacer eso cuando se estresa o se agobia. 

-¿Habéis comentado algo de lo que pasó ayer? - preguntó la castaña acercándose a Bobby.

Él negó con la cabeza -Lo he intentado, pero no parece que quiera hablar del tema.

La castaña se terminó la taza de café y salió hacia el desguace. Quería saber cómo se encontraba Dean tras la fuerte pelea que había tenido con Sam.

El sol del mediodía brillaba sobre el desguace de Sioux Falls, iluminando las filas de coches destrozados y oxidados que se extendían hasta el horizonte. En medio de este paisaje de chatarra y metal, Dean se encontraba inclinado sobre el capó de un viejo Mustang, con las manos manchadas de grasa y los ojos fijos en el motor, mientras trataba de diagnosticar un problema persistente.

Sin embargo, su mente estaba llena de pensamientos sobre la pelea de la noche anterior, las palabras que se habían dicho el uno al otro.

En ese momento, una voz familiar lo sacó de sus pensamientos. -¿Necesitas una mano ahí, mecánico?- preguntó la castaña, acercándose con una sonrisa amistosa.

El de ojos verdes levantó la vista y le devolvió la sonrisa, agradecido por la distracción. -Hola-  saludó, limpiándose las manos en un trapo antes de girarse hacia ella. 

-Pues la verdad ,no me vendría mal un par de ojos extra.- comentó. 

Kate se detuvo frente a él, sintiendo el calor del sol en su piel mientras se encontraba con la mirada intensa de Dean. -¿Cómo estás? - preguntó sin rodeos.

Él suspiró y se apartó del coche, apoyándose contra el capó mientras miraba al horizonte con una expresión sombría en el rostro. -Ha sido duro- admitió, su voz estaba llena de pesar. -Nunca le había hablado así. No debería de haberlo hecho, es mi hermano.