11.Eʟ ɴᴜᴇᴠᴏ Dɪᴏs

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𝑇𝘩𝑒𝑠𝑒 𝑏𝑜𝑜𝑡𝑠 𝑎𝑟𝑒 𝑚𝑎𝑑𝑒 𝑓𝑜𝑟 𝑤𝑎𝑙𝑘𝑖𝑛'

𝐴𝑛𝑑 𝑡𝘩𝑎𝑡'𝑠 𝑗𝑢𝑠𝑡 𝑤𝘩𝑎𝑡 𝑡𝘩𝑒𝑦'𝑙𝑙 𝑑𝑜

𝑂𝑛𝑒 𝑜𝑓 𝑡𝘩𝑒𝑠𝑒 𝑑𝑎𝑦𝑠, 𝑡𝘩𝑒𝑠𝑒 𝑏𝑜𝑜𝑡𝑠 𝑎𝑟𝑒 𝑔𝑜𝑛𝑛𝑎 𝑤𝑎𝑙𝑘 𝑎𝑙𝑙 𝑜𝑣𝑒𝑟 𝑦𝑜𝑢

-𝑇𝘩𝑒𝑠𝑒 𝐵𝑜𝑜𝑡𝑠 𝐴𝑟𝑒 𝑀𝑎𝑑𝑒 𝐹𝑜𝑟 𝑊𝑎𝑙𝑘𝑖𝑛' , 𝑁𝑎𝑛𝑐𝑦 𝑆𝑖𝑛𝑎𝑡𝑟𝑎-

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Pasaron semanas desde que Castiel se había convertido en el nuevo Dios. En el taller de la casa de Bobby, Dean estaba tumbado en el asiento del conductor de su Impala, con sus pies presionando el techo, tratando de arreglar la hendidura causada por el ataque de los demonios.

—Vamos, cariño —gruñó, dirigiéndose al coche.

Kate apareció por la puerta del taller, agachándose para verlo.

—¿Estás tratando de arreglar el coche o de tirártelo? —bromeó, con una sonrisa juguetona.

El rubio soltó otro gruñido, mientras la cazadora abría la puerta del coche y le ofrecía una cerveza. Dean aceptó la bebida con gratitud.

—Gracias —dijo, tomando un largo trago.

La castaña se sentó en una mesa del taller, alcanzó otra cerveza para ella y le dio un sorbo. El cazador la miró con curiosidad.

—¿Habéis conseguido averiguar algo? —preguntó.

Esta negó con la cabeza.—Bobby y yo hemos seguido investigando, pero no hemos encontrado nada. Ni milagros, ni visiones en masa, ni siquiera a un hombre en gabardina.

Dean bebió otro trago de su cerveza, limpiándose el sudor de la frente con la mano.

—Ya aparecerá algo —dijo con un suspiro.

La mujer asintió, pero la preocupación se reflejaba en sus ojos.—Sam sigue buscando, pero no sabe qué libro usar o leer para hacer algo —dijo.

El mayor de los Winchester negó con la cabeza, su expresión endureciéndose por la frustración.

—Algo tiene que haber —respondió —Aunque Cas nos amenazó, ¿recuerdas?

Kate dio otro sorbo a su cerveza.—Te refieres a lo de que si asomábamos el cuello nos mataría a todos, creo que sí.—contestó sarcásticamente.

El rubio la miró con intensidad, asintiendo lentamente mientras sostenía su botellín.

—Bueno, pues mientras que seguimos investigando, voy arreglar este coche —dijo, acercándose a ella.—Y disfrutar de estos momentos contigo.

La agarró de la cintura y le dio un beso. Kate sonrió, sintiendo el calor de sus labios.

La luz del día iluminaba el taller en un ángulo perfecto, destacando la belleza de Kate.

—Eres preciosa —le susurró Dean.

Esta se sonrojó un poco y le dijo que parara, pero él sonrió con picardía.

—¿Y qué pasa si no lo hago? —preguntó, acercándose de nuevo a sus labios.

Kate le acarició la nuca y le susurró—Si empiezas, no sé si podré parar.

Dean se sintió aún más atraído por ella y la besó con pasión. Ambos dejaron caer sus botellines al suelo, perdidos en la intensidad del momento. El cazador la agarró del trasero y la sentó en el capó del coche, besándola desenfrenadamente, sus manos recorriendo el cuerpo del otro.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora