34. Bᴀɪʟᴀɴᴅᴏ ᴄᴏɴ ʟᴏs Oʀɪɢɪɴᴀʟᴇs

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𝑌𝑜𝑢'𝑟𝑒 𝑖𝑛 𝑚𝑦 𝑎𝑟𝑚𝑠 𝑎𝑛𝑑 𝑎𝑙𝑙 𝑡𝘩𝑒 𝑤𝑜𝑟𝑙𝑑 𝑖𝑠 𝑔𝑜𝑛𝑒
𝑇𝘩𝑒 𝑚𝑢𝑠𝑖𝑐 𝑝𝑙𝑎𝑦𝑖𝑛𝑔 𝑜𝑛 𝑓𝑜𝑟 𝑜𝑛𝑙𝑦 𝑡𝑤𝑜
𝑆𝑜 𝑐𝑙𝑜𝑠𝑒 𝑡𝑜𝑔𝑒𝑡𝘩𝑒𝑟, 𝑎𝑛𝑑 𝑤𝘩𝑒𝑛 𝐼'𝑚 𝑤𝑖𝑡𝘩 𝑦𝑜𝑢
𝑆𝑜 𝑐𝑙𝑜𝑠𝑒 𝑡𝑜 𝑓𝑒𝑒𝑙𝑖𝑛𝑔 𝑎𝑙𝑖𝑣𝑒

-𝑆𝑜 𝐶𝑙𝑜𝑠𝑒, 𝐽𝑜𝑛 𝑀𝑐𝐿𝑎𝑢𝑔𝘩𝑙𝑖𝑛-

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Kate entró a la mansión Salvatore con una mezcla de emociones, agradecida por la cálida bienvenida de Damon. Sus pasos resonaron en el suelo de madera mientras lo seguía hacia la sala de estar, donde una acogedora chimenea crepitaba con un fuego reconfortante.

-Gracias por esto Damon- admitió la cazadora. -No quiero ni cruzarme con Dean, no después de la discusión que hemos tenido.

El vampiro frunció el ceño -En cuanto a eso, ¿se puede saber que ha pasado?

La cazadora que ya estaba sirviéndose un vaso de whiskey negó con la cabeza. -Nada relevante. Sólo necesitaba un poco de espacio.

-Bueno, ya sabes que en esta casa tienes todo el que quieras. Además, de que las camas son muy cómodas - explicó sentándose en el sofá.

Kate alzó una ceja, captando el doble sentido de las palabras de Damon, pero decidió no profundizar en ello.- Bien, gracias.

El pelinegro rompió el silencio -¿Estás lista para lo que se avecina mañana?

Kate dejó escapar una risa suave antes de responder -Enfrentarme a unos vampiros de millones de años lo llevo bien, he lidiado con cosas peores - dijo provocando la risa del vampiro.-Ahora, lo del tema de bailar me inquieta.

Damon alzó una ceja, con una chispa traviesa en los ojos.-Pues si ese, es el problema ¿Quién dice que no podemos practicar?

-Espera, ¿Estás sugiriendo que bailemos aquí? ¿Ahora?

El pelinegro asintió, con una sonrisa pícara. -¿Por qué no? Será divertido. Además, yo era muy buen bailarín cuando esos bailes eran habituales.

-Te refieres a cuándo los inventaron ¿no?- bromeó la castaña.

Damon le ofreció una mano, guiándola hacia el centro del salón.

-¿Y la música? - preguntó la joven.

El vampiro ladeó la cabeza -Empecemos con lo básico.

Damon comenzó a guiar a Kate, ambos se movían con gracia por el salón, mientras compartían alguna que otra risa a causa de la pequeña torpeza de la cazadora. En un momento, Damon la tomó suavemente por la cintura y la hizo girar con gracia, llevándola hacia él al finalizar el movimiento. Sus rostros estaban muy cerca, casi rozándose, y en un impulso irresistible, Damon cerró la distancia entre ellos y la besó con ternura.

Antes de que pudiera recuperar el aliento, Kate correspondió al beso con pasión, dejando que sus labios se fundieran en un torbellino de deseo. El beso se volvió más intenso y ardiente, lleno de una pasión desbordante que los consumía a ambos. Con su velocidad vampírica, Damon llevó a Kate contra la pared, sus cuerpos se presionaban el uno contra el otro en un abrazo ardiente.

Las manos de Damon se deslizaron por la espalda de la cazadora, desabrochando lentamente los botones de su blusa mientras continuaba besando cada centímetro de su piel expuesta. Kate se dejaba llevar por la ola de placer que la invadía, entregándose por completo a la pasión del momento. Un fuego ardiente los consumía y los unía en un instante de lujuria desenfrenada. Kate sintió una necesidad abrumadora de dejarse llevar, de perderse en el éxtasis de la noche y olvidar por un momento todas sus preocupaciones y tensiones.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora