18.SUPERNATURAL

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Llegaron a Lafayette al caer la noche. El aire estaba cargado de una extraña mezcla de anticipación y nerviosismo mientras estacionaban el Impala frente a un edificio con un gran cartel luminoso que decía Supernatural en letras gigantes. Dean apagó el motor y los cazadores, junto con el ángel, se quedaron mirando el letrero, intentando asimilar lo que estaba por suceder.

—Bien, acabemos con esto de una vez,— murmuró el rubio, echando un vistazo al cartel como si pudiera responderle.

Bajaron del Impala y se dirigieron al local. Al entrar, fueron recibidos por un espectáculo aún más extraño de lo que esperaban. El interior estaba lleno de gente disfrazada: algunos vestidos de fantasmas, otros de monstruos, pero lo que más llamó la atención fueron los numerosos asistentes que llevaban pantalones y camisas de cuadros, imitando el estilo característico de Dean y Sam.

Kate se quedó mirando fijamente a uno de los asistentes que estaba en la esquina, con un sombrero de paja y ropa vieja y rasgada, intentando parecer aterrador. —¿Ese de ahí está disfrazado de espantapájaros?— preguntó en voz alta, sin poder contener su incredulidad.

Los otros tres giraron la cabeza en la misma dirección. Sam hizo una mueca de confusión. —Definitivamente, esto es todavía más raro de lo que pensaba.

El mayor de los Winchester estaba a punto de decir algo, quizás una observación sarcástica, cuando un chico se chocó con él, llamando su atención. El chico, que llevaba una chaqueta de cuero similar a la de Dean, lo miró con una sonrisa emocionada. —¡Hey, genial disfraz de Dean!— le dijo, guiñándole un ojo antes de seguir su camino entre la multitud.

El rubio se quedó paralizado por un segundo, su boca entreabierta en un gesto de desconcierto. —¿De qué iba ese payaso?— masculló, claramente irritado.

—Creo que era un fan. Iba vestido muy parecido a cómo sueles ir tú, Dean.— comentó Castiel, con su habitual tono tranquilo.

Este frunció el ceño, sin poder creer lo que estaba escuchando. —¿Fan? Y... ¿cómo que iba vestido como yo? ¡Yo nunca uso ese tono tan absurdo al hablar!

Sam, que había estado observando la interacción con una pequeña sonrisa en su rostro, soltó una risa breve. Se inclinó hacia Kate y le susurró—¿Quieres decírselo tú o lo hago yo?

Ambos castaños trataron de esconder sus risas.

—No pero ahora enserio.— volvió a hablar el rubio— Esto es ridículo. ¿Desde cuándo soy un maldito disfraz de Halloween?

Mientras continuaban explorando el extraño local, el ambiente a su alrededor se volvía cada vez más surrealista. Gente disfrazada de todo tipo de criaturas sobrenaturales pasaba a su lado, y la decoración del lugar parecía salida directamente de uno de los casos más extraños que habían enfrentado. Fue entonces cuando escucharon la voz de un chico disfrazado de demonio, que estaba repartiendo papeles y anunciando en voz alta los horarios programados para el día.

—¡Aquí tienen el horario de hoy! ¡No se pierdan el panel de Supernatural en unos minutos!— gritaba el chico, mientras una pequeña multitud se acercaba a él para recoger los folletos.

Dean, Sam, Kate, y Castiel intercambiaron miradas antes de dirigirse hacia el chico. Cuando llegaron, este les ofreció un papel, sonriendo de oreja a oreja.

—Gracias,— dijo el más alto de ellos, mientras tomaba el folleto, pero aprovechó para preguntar—¿Sabes si el autor va a estar presente hoy?

El chico le miró de arriba abajo, y su sonrisa se ensanchó. —¡Vaya, tu disfraz de Sam están súper bien conseguido! ¡Hasta los detalles están perfectos!

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora