56.Cᴏᴍᴜɴɪᴄᴀᴄɪᴏ́ɴ

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𝐼'𝑙𝑙 𝑏𝑒 𝘩𝑜𝑛𝑒𝑠𝑡

𝐿𝑜𝑜𝑘𝑖𝑛' 𝑎𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑔𝑜𝑡 𝑚𝑒 𝑡𝘩𝑖𝑛𝑘𝑖𝑛' 𝑛𝑜𝑛𝑠𝑒𝑛𝑠𝑒

-𝑁𝑜𝑛𝑠𝑒𝑛𝑠𝑒, 𝑆𝑎𝑏𝑟𝑖𝑛𝑎 𝐶𝑎𝑟𝑝𝑒𝑛𝑡𝑒𝑟-

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Las semanas habían pasado, y durante ese tiempo, los tres habían seguido cazando intensamente. Se habían enfrentado y derrotado a hombres lobo, una banshee y un fantasma vengativo. Sin embargo, la relación entre la pareja de cazadores estaba en un momento delicado. El rubio seguía desconfiando de ella, a pesar de la conversación que habían tenido anteriormente. Sam había notado la tensión que últimamente existía entre ellos, y era muy distinta a otras veces. Había decidido no meterse, pues esperaba que fuera lo que fuera, podrían resolverlo por sí mismos.

Una noche, después de terminar con el último monstruo de esa semana, una lamia, Dean decidió llamar a Bobby. 

Dean, ¿todo bien?— le preguntó, atendiendo a la llamada.

—Sí, estamos bien. Hemos conseguido freír a esa lamia —respondió él.

Eso suena a que hay un pero —dijo Bobby, con perspicacia.

El rubio suspiró, mirando por la ventana antes de continuar.

—Es Kate. Está diferente.— se escuchó un gran suspiro al otro lado de la línea.— Lo entiendo, cuando pasas por algo así cambias, pero hay algo que no me cuadra. Por eso quiero saber cómo estuvo ese último año, cuando tú la viste...

El barbudo le interrumpió—Espera, Dean, tengo otra llamada. Es importante.

—¿Más importante que Kate? —preguntó con incredulidad, pero Bobby ya lo había puesto en espera.

Pasados unos minutos, su figura paterna volvió a la llamada.—Dean, ¿Sigues ahí?

—¿Qué coño está pasando, Bobby?

Perdón, Dean. Era un mal momento. —contestó, el de la otra línea.

El rubio se rio de manera seca. —Claro, lo entiendo. Olvídalo. Solo me estaba abriendo a ti, contándote mis preocupaciones, algo que no suelo hacer. Sé que tienes cosas que hacer, pero... sinceramente me resulta un tanto egoísta por tu parte.

¿Dónde está Kate?

Dean frunció el ceño, al notar su tono de voz— En su habitación, ¿por qué?

El que estaba al teléfono le dijo a Sam, que avisara a Kate para que viniera a su habitación. Su hermano le hizo caso y al minuto estaba entrando con la castaña de nuevo.

—Bien Bobby, ya está. Acabo de ponerte en altavoz.— comentó el mayor de los hermanos, dejando el móvil sobre la mesa.

Sam, Dean, Kate, os quiero como si fuerais mis propios hijos—empezó diciendo en tono serio y algo enfadado.—Pero a veces... a veces sois unos malditos hijos de puta lloricas y egocéntricos.—al decir eso los tres se miraron asombrados— ¿Cómo podéis llamarme egoísta? Siempre dejo todo para ayudaros, con cualquier cosa, con alguna leyenda, para salvaros el culo o para cuando queréis quejaros de alguno de vosotros. Cada vez que llamáis, cumplo cada puta vez. ¿Y qué obtengo a cambio? Una buena patada en el culo.

—Bobby...— intentó decirle Sam.

Es que a caso crees que he terminado.— contestó muy molesto—No sois el puto centro del universo, por muchos problemas que tengáis y creerme, sé que los tenéis.— los tres pudieron oír como este daba un gran suspiro—¿Se os ha olvidado que mi alma todavía le pertenece a Crowley? No voy a tirar la toalla hasta encontrar una maldita solución para recuperarla. Así que cerrad el pico y, por una vez, ayudadme a mí.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora