𝐶𝑎𝑟𝑟𝑦 𝑜𝑛, 𝑚𝑦 𝑤𝑎𝑦𝑤𝑎𝑟𝑑 𝑠𝑜𝑛
𝑇𝘩𝑒𝑟𝑒'𝑙𝑙 𝑏𝑒 𝑝𝑒𝑎𝑐𝑒 𝑤𝘩𝑒𝑛 𝑦𝑜𝑢 𝑎𝑟𝑒 𝑑𝑜𝑛𝑒
𝐿𝑎𝑦 𝑦𝑜𝑢𝑟 𝑤𝑒𝑎𝑟𝑦 𝘩𝑒𝑎𝑑 𝑡𝑜 𝑟𝑒𝑠𝑡
𝐷𝑜𝑛'𝑡 𝑦𝑜𝑢 𝑐𝑟𝑦 𝑛𝑜 𝑚𝑜𝑟𝑒
-𝘊𝘢𝘳𝘳𝘺 𝘖𝘯 𝘔𝘺 𝘞𝘢𝘺𝘸𝘢𝘳𝘥 𝘚𝘰𝘯, 𝘒𝘢𝘯𝘴𝘢𝘴-
*****
Kate terminó de ajustar su ropa y se dirigió hacia la puerta del baño del motel. Su cuerpo aún estaba algo débil, pero se sentía mucho más fuerte que la noche anterior. Al abrir la puerta y salir al cuarto, se dio cuenta de que la habitación estaba vacía, salvo por Castiel, quien la observaba desde la silla junto a la cama, con una expresión neutral.
—¿Dónde están Sam y Dean? —preguntó, mientras le lanzaba una mirada inquisitiva al ángel.
Este, sin moverse de su posición, hizo una pausa. Parecía estar calculando cómo responder, pero su incomodidad era evidente.
—Han ido... a por la comida —respondió con una voz demasiado seria como para ser convincente.
La castaña frunció el ceño, claramente no comprando la mentira.
—Cas, no sabes mentir. ¿Dónde están de verdad? —insistió, cruzando los brazos y observándolo con una mirada que exigía la verdad.
El de la gabardina la miró con una mezcla de resignación y algo de nerviosismo, pero no dijo nada de inmediato, solo bajó los ojos por un segundo, sin dar más detalles. Esta suspiró, sabiendo que algo estaba ocurriendo.
Mientras tanto, en un almacén abandonado a las afueras del pueblo, Sam y Dean estaban parados frente a Crowley, quien lucía su típico aire de despreocupación, aunque con un brillo astuto en los ojos. La habitación estaba oscura, con solo unas pocas luces filtrándose por las ventanas rotas. El demonio miraba a ambos hermanos, divertido.
—¿Lo que me estáis sugiriendo es que os dé otra opción para acabar con los leviatanes? —dijo con su tono sarcástico mientras jugaba con sus manos.
—Exactamente, es eso.—asintió el más alto de ellos, cruzándose de brazos— Necesitamos otra opción.
Crowley soltó una ligera risa, rodando los ojos.—Pensaba que había dejado bien claro que lo seguro es que Kate se encargue de ellos. —aclaró—Es la clave, chicos.
Dean, que había estado tensando la mandíbula todo este tiempo, intervino con un tono ácido.
—Oh, créenos eso ya nos ha quedado bastante claro, Crowley— replicó con prepotencia—Pero considerando que casi muere al intentar acabar con un dios del inframundo, queremos considerar otras opciones.
—Vaya — exclamó —Parece que tendré que quitar un plato para la cena familiar que estaba preparando, una pena a Hades le encanta mi pastel de carne de niño—dijo con un tono irónico.
Sam negó con la cabeza, impaciente.—¿Nos vas a ayudar o no?
El Rey del Infierno juntó sus manos, pensativo por un momento, y luego les lanzó una mirada calculadora.—Si queréis acabar con Dick, ya os lo he dicho. Kate es la clave. Ella es extremadamente poderosa.
El mayor de los Winchester, incapaz de contener más su frustración, dio un paso adelante, agarrando a Crowley del cuello de la camisa y empujándolo contra una de las paredes.
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EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)
أدب الهواةKate Jones ha tenido que superar muchos impedimentos pero por una vez, su vida era relativamente "tranquila" pese a ser una gran cazadora. O lo era hasta que por motivos externos se ve obligada a tener que lidiar con otros cazadores, en este caso c...