59. Tᴜ́ ʏ ʏᴏ

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Kate abrió lentamente los ojos, parpadeando mientras trataba de enfocar la visión borrosa de un rostro familiar. Castiel la observaba detenidamente, con una expresión preocupada.

—¿Quién le hizo esto? —preguntó el ángel, dirigiéndose a Sam y Dean.

El mayor de ellos, con un dedo acusador señaló a su hermano, provocando que este suspirara. La cazadora miró a sus lados, notando que se encontraba en la habitación del motel, luego sintió que no se podía mover, pues estaba atada a una silla, de nuevo.

—¿Qué es esto? —preguntó, su voz llena de confusión.

El de la gabardina ignoró su pregunta y se volvió hacia Dean.—¿Ha tenido fiebre?

Este, con su voz grave, le repitió la pregunta a la castaña.—¿Has tenido fiebre?

—No.— negó con la cabeza, todavía sin entender lo que pasaba.

—¿Has hablado lenguas extrañas?— continuó el de ojos azules, para no perder el ritmo.

La cazadora echó una mirada confusa a los Winchester, y luego miró al de la gabardina. —¿Es que estás tratando de diagnosticarme Cas?

Dean se levantó y se acercó a ella.—Bueno, lo de ir a un hospital a decir que diagnosticaran a una persona que ha vuelto del Infierno, lo descartamos.

Kate suspiró, resignada. Castiel la observó con atención.—¿Cuánto duermes?

Esta movió sus hombros y lo miró durante unos segundos antes de responder.—Nada.

—¿Cómo que nada?— reaccionó el rubio, abriendo los ojos tanto que parecía que se le iban a salir de las órbitas.

La maniatada se mordió el labio inferior.—Bueno, desde que volví, no he dormido.

Sam intervino, su voz estaba llena de preocupación.—Y ¿No pensaste que eso podría haber sido un signo de que algo no estaba bien?

—Sam, no soy idiota. Por supuesto que lo pensé.— contestó ella—Pero decidí no contároslo. 

Castiel se paseó alrededor de Kate, observándola minuciosamente. Luego miró a los otros dos cazadores antes de volver a hablar con la de la camiseta negra.—¿Qué sientes ahora?

La joven frunció el ceño.—Siento que la cabeza me va explotar. Por cierto, gracias por el golpe Sammy. — dijo mirándolo, alzando una de sus mejillas.

—Eso es una sensación física.— le comentó el de la gabardina—Me refiero, a ¿qué es lo que sientes?

Esta le miró completamente confundida. —Emmm, no lo sé.

Castiel compartió una mirada significativa con Sam y Dean mientras se remangaba.—Esto va a ser un tanto desagradable.

De repente, el ángel introdujo su mano en el abdomen de Kate, provocando que esta soltara gruñidos y gritos de dolor. Su cuerpo comenzó a remarcar las venas con un rojo intenso y brillante. Castiel la observaba con concentración, sin perder de vista lo que estaba haciendo.

Tras un par de minutos, retiró su brazo del abdomen de ella, provocando que la cazadora jadeara y tuviera la respiración entrecortada. Dean, viendo la expresión en el rostro de Castiel, preguntó con urgencia.—¿Has encontrado algo?— obteniendo una negación por su parte.

—¿Eso es bueno?— preguntó el más alto, tratando de entender la expresión que tenía el de la gabardina.

—No. —Castiel miró a Kate, que seguía tratando de normalizar su respiración.—Físicamente está sana, pero su alma... su alma no está.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora