39.Lᴀ ᴄᴀᴊᴀ ᴅᴇ Pᴀɴᴅᴏʀᴀ

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La cazadora respiró hondo armándose de un valor que ni ella sabía que tenía, empuñó el arma y abrió la puerta con determinación.

Sin embargo, lo que vio la dejó desconcertada Lucifer estaba sentado en el suelo, con las piernas cruzadas, como si estuviera meditando. La tranquilidad en su postura era perturbadora, pero Kate no tenía tiempo para dudar. Levantó el arma y disparó sin vacilar.

Lucifer alzó su mano con calma, deteniendo la bala en el aire y desintegrándola entre sus dedos. Negó con la cabeza mientras se levantaba lentamente del suelo.

—¿De verdad pensabais que sería tan fácil?— dijo con una voz suave y peligrosa.

Kate se quedó estática, paralizada por la sorpresa y el miedo. Habían contemplado muchas posibilidades, pero nunca imaginaron que Lucifer podría desintegrar la bala del Colt. En un impulso, giró la cabeza para buscar a Castiel, pero él ya no estaba.

—Ah sí, tu amiguito alado no puede entrar— explicó el diablo con una sonrisa maliciosa. —La habitación está sellada, ningún ángel o demonio puede entrar.

La castaña tragó saliva, sintiendo el peso de la situación. Sin embargo, decidió intentarlo de nuevo y disparó otra vez, esta vez apuntando directamente al cráneo de Lucifer. La bala impactó, atravesando su cabeza, y por un momento, Kate se permitió un respiro de alivio. Pero pronto la herida comenzó a curarse, y la sonrisa de este se amplió.

—Eso ha escocido un poco— comentó con un tono burlón.

Con un gesto de su mano, el Colt voló de las manos de Kate, chocando contra una de las esquinas de la habitación. La desesperación llenó el corazón de Kate mientras corría hacia la puerta, pero antes de que pudiera alcanzarla, Lucifer la cerró con un movimiento de sus dedos.

—Ay Kate, Kate, Kate. No puedes huir. No de mí.— dijo el diablo, su voz resonaba en toda la habitación.

—Supongo que ahora es cuando me matas a lo Freddy Krueger— señaló la cazadora intentando no mostrar su pánico.

El diablo sonrió —Vaya, una chica valiente y con carácter.— comentó acercándose a ella con pasos lentos y calculados.—Está claro porqué Azazel se fijó en ti.

Kate frunció el ceño, su confusión era evidente. Sabía que Azazel era el demonio que había dado su sangre a Sam cuando era un bebé, el responsable de la muerte de la madre de ambos, Mary Winchester, y posteriormente de la novia de Sam, Jessica; pero no entendía qué relación tenía con ella.

—Espera, no tienes ni idea.—al ver su reacción, Lucifer sonrió aún más—Voy a poder ser el primero que te de la noticia de tu familia. Ay por primera vez, en siglos me siento honrado. —dijo emocionado por alguna extraña razón.

La joven que seguía estática negó con la cabeza, intentando procesar sus palabras. —¿Qué estás diciendo?

El diablo se acercó un poco más, disfrutando de cada segundo. —Sabes, tú ibas a ser uno de mis niños especiales, igual que Sammy. Pero tu padre se lo impidió al pobre Azazel.— dijo provocando que la chica frunciera el ceño—Porque, sorpresa, sorpresa, tu padre era un cazador.

Kate se quedó helada. Esa revelación la golpeó como un puño en el estómago. —¿Qué?

La tensión en la habitación crecía mientras Lucifer observaba la expresión confusa y preocupada de la cazadora. Con una sonrisa burlona, comenzó a revelar los oscuros secretos que hasta ahora habían permanecido ocultos para ella.

—Sabes, tus padres te escondieron muy bien de los demonios— continuó Lucifer complacido por su impacto—Por eso Azazel aprovechó la noche que se fueron de casa para intentar darte su sangre. Pero antes de que pudiera hacerlo, tus padres intentaron detenerlo. Y bueno, el resto ya lo sabes.

EL NEGOCIO FAMILIAR | (Dean Winchester)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora