Me enamore de mi pervertido vecino

Parte 42 La boda de Fabiola

Después de un delicioso desayuno, bajamos al spa. La idea era tener un servicio en pareja, aunque claro no podía imaginar a Marcus con barro en la cara.

No me di cuenta que mi teléfono estaba en modo avión. Cuando entro en línea tenia demasiados mensajes de Claudia preguntando cualquier tipo de tonterías.

Casualmente estaba Claudia con su novio en la sala de espera del spa, nos saludamos.

Que estaban haciendo, Vic no respondiste mensajes ni llamadas queríamos desayunar contigo, así que decidí esperarte para que nos atiendan juntas, dijo en tono de regaño. Marcus simplemente la ignoro, paso su brazo sobre mí.

– Buenos días, cuál es su nombre. Interrumpe la asistente del spa.

Sr y Sra Marchionne dijo Marcus, no voy a negar que me sorprendió que me llamaran así desde que llegamos al hotel.

Asiste de spa: Ah señores Marchionne un placer atenderles, su sala privada esta lista pasen por aquí.

Enseguida regreso con ustedes, volteo amablemente con Claudia y su novio.

Nos vemos en la boda fue lo único que alcance a decirle a Claudia, ya que Marcus me llevaba de a mano.

El spa era bastante grande y podían atender a todos los invitados sin problema. Pero tenían una sala muy exclusiva y ahí nos atendieron a nosotros. Recibimos un tratamiento increíble, no sabía cuánto necesitaba un masaje hasta que me estaban las manos maginas de Gloria la chica que nos atendió.

– Amor, sabes que acabo de enamorarme de Gloria y me pienso casar con ella, le dije y Marcus se rio. Gloria no pudo evitar soltar una diminuta risa.

La boda era a las 6 de la tarde así que saliendo del spa estaba tan relajada y traía una piel increíble que francamente dudé en ponerme base de maquillaje, pero finalmente me hice un look demasiado natural de la piel y resaltando mis ojos.

Oh por dios amor la boda inicia en 15min, vamos dije muy alterada.

– Estoy listo desde hace rato te estoy esperando pequeña.

La boda se celebraría en la playa privada del hotel, la decoran era hermosa el mar de fondo, un arco con flores blancas y sillas a los lados del pasillo. El mar parecía en un romance con el sol con sus aguas tranquilas que amenizaban el momento.

Al Termino la ceremonia y pasamos a la fiesta en el salón del hotel que tenía una preciosa vista y acceso a la playa.

La estábamos pasando increíblemente, después del primer baile de los novios, Fabiola tomo el micrófono ¨Muchas gracias a todos los que decidieron acompañarnos en este día tan especial, no tengo palabras para agradecerles... A perder la dignidad todos a beber y a bailar¨ dijo con un grito de felicidad y todos revoloteamos... ¨chicas a bailar conmigo¨ corrimos a la pista a bailar y hacer borlote con Fabiola y su recién adquirido esposo.

Marcus se quedó en nuestra mesa compartida con el esposo de Eliza con quien pareció haber congeniado, el novio de Claudia y una de las hermanas de Fabiola con la que nos llevábamos muy bien que también se fue a la pista dejando a su esposo. De vez en cuando volteaba a ver a Marcus, el me asentía con la cabeza y levantaba su bebida en señal de aprobación mientras yo bailaba con mis amigas de formas descaradas incitando malos pensamientos en mi hombre.

Ya que la pista fue tomada por los demás invitados egresemos a la mesa Eliza y yo a arrastrar a nuestros hombres a la pista de baile hasta anunciaron que se estaba sirviendo la cena, así que volvimos a la mesa a descansar que mis pies estaban empezando a dolerme un poco, aunque si bien es cierto que Marcus mando traer unos zapatos más bajitos para que pudiera descansar ya tenía muy mallugadas las plantas de los pies de tanto brinco.