Parte 27

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Así nos quedamos acurrucados mucho rato sin decir nada más, solo de vez en cuando sentía un tierno beso en cabeza y brazo acariciar mi espalda a lo que yo reaccionaba con un beso en su pecho.

Alguien toco la puerta de la cabaña, señor la mesa está servida. Gracias Pedro enseguida vamos.

Vamos a desayudar dijo mientras me da un último beso y me mueve con suavidad. Tomo mi mano y me llevo a la terraza. El paisaje es precioso le dije. Te gusta... Sí, es muy acogedor este lugar y se respira tanta tranquilidad.

Ahora es nuestro lugar dijo mientras me daba un beso en la mano, mis padres fueron tan felices aquí que impregnaron de amor la cabaña.

Cuando terminamos de desayunar, regresamos a la sala y la chimenea ya estaba encendida así que nos volvimos a tumbar en el sillón abrazados en completo silencio. Me venció el sueño y no supe más hasta que sentí el suave susurro de su voz – pequeña ya es tarde tenemos que regresar, María se va a preocupar.

– No quiero le dije, quiero estar contigo.

– Solo serán unas horas lo prometo, no será por mucho tiempo.  Está bien regresemos a la realidad le dije resignada.

Cuando llegamos a casa, se despidió en el coche con un besándome en el cuello mientras susurra te veo mañana.

Me enamore de mi pervertido vecinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora