Me Confundes

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Narra Meredith

En éstas últimas semanas estuve lidiando con la enfermedad de mi perro, Finn es muy paciente y muy amable, me está ayudando muchísimo con sus medicamentos y mis dudas constantes. He estado un poco distraída en el trabajo a causa de todo ésto, pero sé que puedo hacerlo mejor, sólo debo respirar hondo y continuar.

Los chicos y yo llegamos al hospital peleando por puntos extra, cada caso era importante y no queríamos desperdiciar ninguna oportunidad. Estábamos revisando unos informes de pacientes en la recepción para pescar algo interesante, cuando, de repente, algo nos llamó la atención.

- Ese es el sujeto con el que la doctora Montgomery engañó a Shepherd - comentó Izzie en voz baja mientras comía unas papitas.

- ¿Y tú cómo lo sabes? - pregunté, mirando hacia la sala en la que el nuevo doctor conversaba con Richard.

- Presto atención a los detalles, así te enteras de todo - contestó mi amiga chismosa sin dejar de mirar hacia ellos.

Addison se acercó a nosotras para pedirnos algo, se vé increíble, no entiendo cómo logra que todo le quede tan bien. Al llegar, su expresión se transformó y huyó apenas ese hombre salió del cuarto en el que estaba, no se sentía lista para enfrentarlo.

Todos disimulamos y seguimos con nuestras cosas para evitar parecer unos entrometidos. Continué con mis informes como si nada hubiera pasado, cuando una presencia me obligó a voltear.

- Hola...soy nuevo aquí ¿Te importaría darme un pequeño recorrido? - preguntó aquel apuesto doctor, insinuandome cosas indebidas.

- No hago tours, tengo trabajo - contesté con una sonrisa cortante, no me interesa coquetear con los hombres de Addison.

De pronto, un puño furioso golpeó su rostro, alejándolo de mí.

- ¡Shepherd! - exclamó Richard enojado desde la puerta de su oficina.

Derek levantó sus manos y se disculpó, luego fue hacia la oficina para recibir el regaño del jefe en privado. Addison no dudó en ayudar a su amigo y lo llevó para limpiar su rostro de una pequeña herida que Derek le había provocado. Ella se vé especialmente hermosa hoy, no puedo evitar mirarla y sentir mariposas en el estómago.

Todos nos quedamos mudos y paralizados, sin saber qué hacer o a dónde mirar, fue un momento tenso y violento. Apenas hubo un segundo de distracción, aproveché para ir tras ellos, quiero saber si Addison aún siente algo por él.

Narra Addison

- Ven a Nueva York conmigo, seremos felices juntos - dijo Mark, mientras acariciaba mi rostro con una ternura que ya me era completamente ajena.

- No puedo, por favor, no me hagas ésto - rogué, dejando caer una lágrima por mi mejilla.

- Addie...yo te amo - agregó, dándole un golpe más a mí corazón.

- Basta, no sigas - dije, alejando su mano tierna de mi rostro, él se merece a alguien mejor.

- Sólo quiero que seas felíz, me duele verte así - dijo, conociendo demasiado bien mis sentimientos.

- Estaré bien, sólo necesito estar sola - dije, forzando una sonrisa que lo dejara tranquilo.

- Entiendo, estaré para tí siempre que lo necesites - dejó un dulce beso de despedida sobre mis labios y se retiró con él corazón entre sus manos...sólo lastimo a las personas.

Me quedé sola, apoyada contra la pared y pensando en cómo volver a mi trabajo sin tener todo este peso en mi pecho. Una carpeta cayó fuertemente contra el suelo, delatando a Meredith.

- Lo siento, tenía que dejar algo aquí y luego...-

Corté su frase, dándole un abrazo que calmara mi mente y mi alma. Ella me refugió en sus brazos y me sentí segura.

- Tranquila, aquí estoy - dijo, besando mi cabeza y haciéndome ver lo mal que está todo ésto.

Me alejé y me quedé helada frente a su mirada de cariño y comprensión.

- No quiero lastimarte, Meredith - dije, con un hilo de voz.

En vez de alejarse, se lanzó hacia mí con un beso cargado de emociones demasiado confusas. Dejé que sus labios fueran mi consuelo, me aferré a ella antes de comprender que estaba cometiendo un grave error.

- Vamos a mi casa, nadie se va a enterar - propuso, entrelazando su mano con la mía.

- No es correcto...- dije, con un nudo en la garganta, es demasiado hermosa y sé que sólo estoy dando vueltas sin saber qué hacer conmigo misma, no quiero que eso termine afectandola.

- Nunca lo fué - respondió, haciéndome sonreír de forma genuina, hace mucho que no sonreía de ese modo.

- Estás jugando con fuego - le advertí, acariciando su mano, se siente como una fina seda.

- Somos amigas, no me importa quemarme un poco, vale la pena - dijo ella de la forma más linda que existe.

A pesar del temblor en mis labios, terminé tomando la iniciativa de besarla, se siente demasiado bien, es como un lugar de paz en medio del caos de mi vida.

La levanté y pegué su cuerpo contra la pared, no sé en qué estoy pensando, sólo sigo mis instintos.

Narra Meredith

Me besó con pasión, tentándome por completo, acariciando mi cuerpo y activando cada fibra de calor en mí. Todo culminó con ella soltándome de golpe y alejándose de un salto, como si mis labios tuvieran espinas.

- Olvídalo, está mal - dijo, tapando su boca, sorprendida por lo que acababa de hacer.

- Addison, vas a volverme loca - reclamé, con mi respiración aún agitada.

Se acercó nuevamente y me dió otro beso, probando sus propios límites.

- No...no está bien - volvió a decir, alejándose como si yo la quemara.

- ¿Y si mejor nos relajamos? - propuse, apoyando mi mano sobre su hombro.

- No puedo, no me puedo relajar contigo aquí - exclamó frustrada, parecía estar luchando contra ella misma.

Le dí un besito corto y acaricié su rostro para luego marcharme, tal vez necesita algo de soledad, no quiero que se sienta presionada.

- ¡Espera! - gritó, deteniéndome.

Me acerqué y ella volvió a retroceder, arrepentida.

- Mejor no, vete antes de que me arrepienta- pidió, logrando hacerme estallar en una fuerte carcajada, es muy linda, está confundida y asustada, peleando contra sus impulsos, es adorable.

- Estás loca - dije, tomando su cintura para apoderarme de sus labios cálidos y suaves.

- Meredith, no podemos - dijo, sin alejarse de mí a pesar de todo.

Besé su cuello y disfruté del sabor de su piel, dejando que poco a poco se entregara al deseo.

- Bueno...tal vez sí podemos, pero sólo un poco - dijo, desabrochando su pantalón y abrazándome para sentirme más cerca.

- ¿Sólo un poco? - pregunté, metiendo mis manos por debajo de su camiseta abrigada.

- Puede ser mucho...- afirmó, sintiendo mis masajes en sus pechos y cerrando los ojos para disfrutar aún más.

Es muy linda, sólo quiero comerla a besos y no soltarla, me provoca demasiado. Me confunde, pero me gusta la forma en que lo hace, no me puedo resistir.

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Ninguna de las dos está cuerda, pero así las queremos ❤️

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora