Narra Addison
Meredith metió sus manos por debajo de mi bata y poco a poco fué quitándola, dejando mi cuerpo desnudo a su merced.
- Hazme todo lo que quieras - murmuré, alejando su ropa del camino para poder abrazar su cuerpo y sentir su piel.
Sus besos bajaron por mi cuello, llegando a mis pechos que la esperaban con ansias. Guié mis manos hacia su trasero, haciendo que su entrepierna rozara con la mía. Nuestras piernas se entrelazaron a la perfección, ella empezó a moverse, haciéndome gemir.
Levantó su torso y acarició mis pechos sin dejar de mecer sus caderas, sus ojos llenos de fuego me observaron mientras yo tomaba su cintura para moverla aún más.
- ¿Quieres que suba de nivel? - preguntó, acariciando mi abdomen, provocándome un cosquilleo muy agradable.
Su mano siguió su camino hasta llegar a mi zona, que se frotaba sin parar con la suya. Metió uno de sus dedos y me penetró con la fuerza de sus movimientos encima de mí.
Empezó a moverse cada vez más rápido, los roces la estaban volviendo loca, sus suspiros hacían eco en mi cabeza, se volvieron uno de mis sonidos favoritos.
Introdujo un segundo y luego un tercer dedo en mi interior, mis paredes se contraían cada vez que la sentía dentro, ésto es el maldito paraíso.
- Addie...tu mano - gimió, acercando mi mano a su zona.
Las yemas de mis dedos presionaron toda su intimidad, para luego sentirla por dentro, usando mis dedos como un gancho para estimular su punto g. Aumentamos nuestro ritmo, yendo más y más rápido, no podíamos aguantar ni un minuto más. Nuestros orgasmos llegaron al mismo tiempo, haciendo que nuestros cuerpos estallaran, logrando un éxtasis que parecía nunca acabar.
Mer se acostó sobre mi, respirando con dificultad y acariciando mi cuerpo con ternura, apreciando cada pequeña parte.
- También te amo, bonita - dijo, besando mis mejillas y mis labios.
- Ya lo sabía - contesté, riendo y disfrutando de su boca.
Nos besamos y abrazamos como si el tiempo no corriera para nosotras, no había nada más importante.
- ¿No iremos a cenar a tu casa? - pregunté, recordando aquellas dulce oferta.
- Me gusta estar aquí - respondió, usando mis pechos como almohadas.
- Tus amigos deben estar esperándote - insistí, mientras pasaba mis manos por su hermoso cabello rubio.
- ¿En verdad quieres ir? - preguntó, elevando su mirada hacia mí.
- Siii, quiero formar parte de tu vida - dije, haciendo pucheros.
- Tú ganas, cubre a éstas bellezas antes de que vuelva a caer - dijo, besando mis pechos para luego levantarse.
Narra Meredith
Amo pasar tiempo con Addie, ella es como una sustancia adictiva, me encanta. Fuí a su baño para poder vestirme y asearme un poco, en unos minutos iremos a casa. Salí del baño y ví que aún ni siquiera había subido al cuarto, seguía pensando en qué ponerse.
- ¿Es algo formal? Porque quiero vestirme acorde - preguntó mi novia, subiendo las escaleras.
- Linda, es una cena familiar en casa, sólo ponte algo que te guste - dije, subiendo con ella.
- No es así de fácil, Meredith - me reprochó, poniendo sus ojos en blanco y yendo a su cuarto.
La seguí, resoplando y repitiéndome a mí misma que ese es el precio que debo pagar por salir con una niña rica. Por alguna razón su armario es del tamaño de una casa, no sé por qué alguien necesita tantos zapatos, no tiene sentido.
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No Te Odio // Meddison // Grey's
FanfictionOtra historia, pero ésta vez las cosas son más complejas.