Instinto Materno

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Narra Meredith

Hoy amanecí más felíz que nunca, tenía a mi pelirroja conmigo, abrazándome y con su mano entrelazada en la mía. No existe mejor forma de despertar, besé esa hermosa mano y disfruté de su aroma dulce.

- Buen día, mi linda novia con pancita - dije, poniendo una vocecita tierna y volteando para llenarla de besos.

- Tengo náuseas - dijo, estirándose y aceptando mis besos.

- ¿Quieres que te acompañe al baño? - pregunté, queriendo consentirla.

- No, ya pasará, sólo dame amor - dijo, acurrucándose bajo mis brazos.

Nos quedamos en la cama, entre mimos y besitos tiernos que iban y venían. Disfruté de cada segundo de ocio a su lado, últimamente sólo quiero estar pegada a ella y a mi bebé, son lo mejor que tengo.

- ¿Vas a moverte para mamá? Una patadita, una vueltita...algo - pedí, dando besitos en esa linda pancita de 3 meses que ya empezaba a notarse.

- Creo que es tímido - dijo Addie, acariciando mi cabello mientras conversaba con nuestro pequeño.

- O tímida - dije, ya que aún no sabemos el sexo.

- Claro, muy pronto lo sabremos - dijo, sabiendo que hoy tendríamos ese ansiado ultrasonido.

- Así es ¿Dejarás que mamá te vea? - pregunté, dándole más besitos a la pancita.

- Eso espero - rió ella, con esperanzas de poder saber que sería.

Algo dentro de mí me obliga a cuidarlos y protegerlos a ambos, amaré a ese bebé sin importar nada.

Por la tarde, nos dirigimos al hospital, para hacerle nuestra esperada visita a Carina, quien nos esperaba muy ansiosa.

- ¡Hola! ¿Cómo está ese pequeño bebé? - dijo, dándonos un tierno abrazo amistoso.

- Creciendo, aunque aún no hace ningún movimiento - dijo mi novia, algo preocupada.

- Descuida, cada bebé tiene su tiempo, ya veremos cómo está ese pedacito de amor - dijo, con todo su cariño.

Addie se acomodó en la camilla y dejó su barriguita al descubierto para permitir que DeLuca hiciera su trabajo.

- ¡Mira! Ya puedo distinguir sus piecitos - dije, muerta de ternura.

- Así es...y estamos de suerte ¡Está en la posición perfecta! - anunció, dejándonos ver con más claridad esa pantalla.

- ¡Es un niño! - gritó Addie apenas fijó sus ojos en aquella imagen.

- ¡¿Qué?! ¿Es en serio? ¿Tendremos un niño? - exclamé al borde de las lágrimas.

- ¡Acertaste! - dijo Carina, orgullosa de mi obstetra estrella.

Abracé a mi novia y la llené de besos, estoy demasiado felíz, es uno de los mejores días de mi vida...hasta que llegó un momento de desgracia.

- Esperen...quiero ver una cosa - dijo, moviendo el aparato para revisar al bebé.

- ¿Qué pasa? - pregunté, alarmada.

- No puedo encontrar los riñones...pero puede ser un desarrollo tardío...- dijo seriamente, buscando diferentes ángulos.

- Los riñones se forman a partir de la semana 13 - dijo Addie, entrando en pánico.

- Pero tienes 16 semanas, descuida, debe ser algún retraso en la formación, mandaré a hacer algunos análisis y quiero verte aquí en dos semanas, te mantendré controlada - dijo, mientras yo acariciaba el cabello de Addie para calmarla.

- Carina...va a estar bien ¿No es así? - preguntó ella entre lágrimas.

- Tranquila, ésto suele pasar, tú lo sabes, te voy a controlar y quiero que te lo tomes con calma - dijo, tranquilizando su llanto.

- Sus latidos están bien, su corazoncito y su cerebro se están desarrollando bien, mi amor, no te angusties - dije, besando su frente y limpiando esas lágrimas que cubrían su rostro.

- Concéntrate en lo bueno, tendremos un niño, un niño hermoso y estará muy sano, mi amor - repetí, deseando lo mejor para nuestro futuro hijo.

Fue un día muy agridulce para ambas, sabemos el sexo de nuestro bebé, pero ahora tenemos un posible problema renal cuya gravedad aún desconocemos. No puedo decirlo frente a ella, pero estoy muerta de miedo y preocupación.

Narra Addison

Pedí una licencia en el trabajo y me quedé unos días postrada en la cama, tengo miedo, mi cuerpo se siente cansado, creo que la angustia me está consumiendo.

- Bebé, hoy debes regresar al trabajo ¿Quieres desayunar conmigo? - dijo Mer, dándome besos para levantarme de la cama.

- Claro, me hará bien despejar mi mente - respondí, forzando una sonrisa.

- Genial, porque les preparé un rico desayuno - dijo, dándole un besito a mi panza de 18 semanas.

Estoy cerca de cumplir 4 meses, así que quiero cuidarme lo mejor posible, intento mantenerme positiva para que el estrés no afecte a mi bebé.

Mer me preparó algo delicioso, disfruté muchísimo esa mañana llena de su amor y sus mimos. Derek está en su semana con Harley, la acompañó al día de profesiones en su escuela y estoy segura de que va a presumir mucho, los niños lo amarán.

Por suerte, pudimos arreglar lo de la paciente embarazada, esperar unas semanas fue lo correcto, adoro tener razón siempre. La paciente cumplió 32 semanas y sólo en ese momento, autoricé la cirugía de Derek, quien la realizó con éxito y no hubo complicaciones para ninguno de los dos...por algo yo soy la jefa.

A mitad de mi regreso al trabajo, me escabullí con Mer a un cuarto de servicio para enredar nuestras piernas y hacernos gemir del placer mutuamente. Sus manos estaban por todos lados, metiéndose en mi interior e invadiendo cada espacio de mi intimidad.

- Dame más...- suspiré, pidiendo mayor intensidad.

Movió su cuerpo para embestir con más fuerza dentro mí, besando mis pechos y apretando mi trasero para hacer más fuerza en mi interior.

- ¿Quieres que baje? - preguntó, besándome y mirando hacia abajo.

- Mhm...- gemí, rogando por su boca.

Bajó lentamente, dando besos húmedos, empezando a pasar su lengua por toda mi zona empapada para masajear mi clítoris con un ritmo enérgico, estoy en el cielo.

Siguió, sin quitar los dedos de mi interior, usó esa boca experimentada para llevarme a un éxtasis lleno de temblores y gritos ahogados que no pude disimular.

- Sshhhh - dijo, subiendo para sujetar mi cuello y besar mis labios, callando mis gritos.

La besé apasionadamente, el calor no bajaba, estoy en llamas. Quería quedarme entre sus piernas hasta mi último día, sin dejar de amarla.

La sujeté en mis brazos y me dispuse a acariciar su zona, deleitándome con esos suspiros agudos que me vuelven loca. Aferró sus piernas a mi cintura para no soltarme, la tenía completamente a mi merced, apoderándome de su entrepierna con mis dedos calientes. Mordí sus labios y apreté mi mano contra su zona, haciendo movimientos circulares y mojandola cada vez más.

Ésta es mi forma favorita de liberar todo el estrés.

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Se vienen cositas...malas 😔👊🏻

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora