Narra Harley
Paul regresó a la escuela tres días después, cuando los golpes en su cara pudieron sanar, al menos ahora puedo decir que no soy la única perdedora a la que molestan, estamos juntos en ésto. Ya llevamos un par de semanas de clases, me estoy acostumbrando a ésto del bullying.
- Llevamos 5 años de karate, pudimos habernos defendido - se quejó, mientras limpiábamos el jugo de nuestras camisetas empapadas.
- ¿Para que nos expulsen? Olvídalo - dije, pensando en las posibles consecuencias.
- Tienes razón, pero si algún día nos molestan fuera de la escuela, tenemos el derecho de hacer algo al respecto - agregó, comprensiblemente molesto.
- Hecho, los haremos polvo - dije, chocando mi puño con él.
No tengo idea de quién va a buscarme hoy, papá y Mer están metidos en algo raro de lo que los escuché hablar hace poco, temo que puedan meterse en un lío. Papá dijo que él pasaría por mí, pero ya llevo esperando unos 20 minutos y sigo sin ver señales suyas.
- Oye ¿Cuál de tus mamás vendrá por tí hoy? ¿O vendrá tu padre con todo y sus enormes cuernos? - preguntó Zach Roberts, ese idiota que nunca deja de molestar a mi amigo.
- Disculpa ¿Acaso tu padre no te abandonó? ¿O aún esperas que regrese de la tienda? - respondí, parándome frente a él sin sentir ni una sola gota de miedo.
Incluso sus amigos se rieron de él en ese momento.
- ¿Crees que no golpearía a una mujer? - me amenazó, con su cara enrojecida por la ira y la vergüenza.
- Inténtalo, tenemos tiempo hasta que tu mamá termine de chupársela a su jefe, escuché que es muy buena en eso - agregué, escupiendo en su patético rostro.
Él lanzó un puñetazo hacia mí, tomó tanto impulso que tuve tiempo de sobra para esquivarlo. Lancé mi mochila al suelo y me preparé para demostrar de qué estoy hecha. Los demás hicieron una especie de ronda para presenciar la pelea, todas las apuestas estaban puestas en Zach.
Arremetió contra mi rostro con otro golpe, alcancé a sujetar su puño antes de que hiciera impacto, deteniendolo a milímetros de mi naríz. Doblé su muñeca y le apliqué una llave, apoyándolo en el suelo y usando el peso de mi cuerpo para mantenerlo quieto mientras presionaba su cara contra el suelo.
- Ahora entiendo por qué tu padre se marchó...nadie querría quedarse con un perdedor como tú - murmuré, tomándolo del cabello para luego darle un último golpe contra la acera.
Lo dejé para no herirlo demasiado y terminar en problemas, todos estaban sorprendidos, vitoreando y gritando como si fuera un torneo de lucha libre.
- ¡Eres un monstruo! - gritó Jenny, ayudando a Zach a levantarse.
- ¡Qué dolor! - grité, simulando enterrar una daga en mi pecho.
Me reí en su cara y tomé mi mochila para irme de allí, papá acababa de llegar a buscarme y no quería terminar en un conflicto. Subí al auto con una gran sonrisa dibujada en mi rostro.
- Hola, conejito ¿Por qué tanto alboroto? ¿Pasó algo? - preguntó, observando la multitud.
- Una pelea, nada interesante - dije, para no revelar que fuí participe de aquel suceso.
- Lamento haber llegado tarde, tuve una discusión con tu madre - dijo, poniendo el auto en marcha.
- ¿Es sobre la paciente con Alzheimer? - pregunté, indagando en ese misterioso caso.
- No es Alzheimer, le administraron drogas para provocarle amnesia, Meredith insistió en decírselo a Addison y ahora ella quiere que abandone el caso - explicó, visiblemente molesto.
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No Te Odio // Meddison // Grey's
FanfictionOtra historia, pero ésta vez las cosas son más complejas.