La Recta Final

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Narra Addison

Pasamos largas noches durmiendo las tres juntas, observando a Harley como si algo pudiera pasarle. Ese miedo se quedó con nosotras por un largo tiempo, estuvimos a punto de perderla y aún no lográbamos asimilarlo.

Por suerte, ella está bien, no tuvo ninguna secuela y sus compañeros de la escuela la admiran por haberse enfrentado a un asesino, podría decirse que tuvo su final felíz después de todo.

Cumplí mis ansiados nueve meses de embarazo, en mi última consulta, vimos que el bebé ya está posicionado, así que es cuestión de tiempo para que quiera salir. Estoy nerviosa, ansiosa y asustada, pero mis chicas son de gran ayuda.

- Jugaremos juntos, cantaremos canciones y cuando seas adolescente te ayudaré a escapar a fiestas - dijo Amelia, conversando con mi bebé a través de mi gran panza.

- Eres una mala influencia - bromeé, sintiendo varias patadas dolorosas.

- ¿Estás bien? - preguntó mi hermanita.

- Sí, ahora que sus pies están arriba no deja de patear mi diafragma, creo que intenta matarme - dije, acariciando mi pancita para calmar a mi pequeño.

- Mamá, ya regué el arbolito de Noah y limpié mi cuarto ¿Puedo ir al parque con mis amigos? - preguntó Har, entrando en la habitación y comprándome con sus lindos ojitos, lleva toda la mañana pidiéndome permiso para esa salida.

- ¿Irán todos juntos? ¿Por cuánto tiempo? ¿Quién los llevará? - la interrogué, para estar segura.

- Iremos todos los del dojo, nos llevará la mamá de Jenny y regresaremos antes del anochecer, papá pasará a buscarme - me explicó, sentándose a los pies de la cama.

- Sólo una cosa más -

- Lo sé, te enviaré fotos y responderé todos tus mensajes, descuida - contestó, antes de dejarme terminar.

- No es eso, ven a darme un beso - dije, con una gran sonrisa.

Ella corrió a mi lado y me dió un fuerte abrazo con besos incluidos.

- Adiós, hermanito, volveré pronto - dijo, dándole un besito a la panza.

- Adiós, hermosa - agregó Amy, recibiendo también su dosis de abrazos.

- Adiós, Jenny vendrá a buscarme en 10 minutos, esperaré en la entrada - dijo, despidiéndose alegremente.

No sé en qué momento creció tanto, intento dejarla ser más independiente, pero me cuesta demasiado, sigue siendo una bebé, es mi bebé.

Narra Meredith

Estamos en el último mes de embarazo, Har salió y Amelia fué al trabajo. Nosotras llevamos todo el día terminando de arreglar los últimos detalles para el cuarto de nuestro bebé, es algo precioso, tenemos buen gusto.

- Creo que guardaré mis cosas de lactancia en nuestro cuarto, prefiero tenerlas cerca - dijo Addie, sentada en el suelo revisando los últimos artículos que teníamos por guardar.

- Podemos comprar un kit extra y dejar uno en cada habitación - propuse, terminando de guardar los pañales para recién nacido en el cambiador, vamos a necesitar muchos.

- Es una buena idea, por eso te amo - dijo, lanzándome un besito que atrapé en el aire.

Habíamos hecho un gran trabajo con éste cuarto, se vé completamente tierno y pacífico, listo para recibir a nuestro angelito. Volteé para decirle algo a mi novia y la ví haciendo un gran esfuerzo por levantarse del suelo, era muy gracioso, buscó distintas posiciones y diferentes ángulos pero simplemente no podía pararse, estaba haciendo mucho esfuerzo, alguno de éstos días, ese bebé saldrá expulsado de ahí dentro.

Me acerqué a ella y la sujeté para ayudarla a ponerse de pie, mientras intentaba ocultar mi risa burlona.

- ¿De qué te ríes? Estoy enorme, no puedo hacer nada - se quejó, haciendo pucheros.

- Estás hermosa - dije, robándole besitos a esa linda carita con ceño fruncido.

- Necesito que éste bebé salga de aquí, no puedo agacharme, no puedo dormir, ni siquiera puedo levantarme cada vez que me siento - protestó, haciendo un berrinche.

- Mi amor, él saldrá de ahí cuando esté listo, mientras tanto intenta sólo sentarte en sillas, por qué no sé por cuánto tiempo pueda seguir levantándote del suelo - bromeé, ganándome varios golpecitos en el brazo.

- Te odio - exclamó, agregando cosquillas al combo de golpes.

- ¡Yaaaa! Me rindo - exclamé, riendo y alejándome de sus ataques.

- Ya no te burles de mí, estoy sensible - dijo, abrazándome con ternura.

- Está bien, lo siento, ya no haré más bromas - dije, dándole besos para que creyera en mi palabra.

Nos quedamos abrazadas, observando el cuarto que habíamos preparado con tanto amor para nuestro pequeñito. Cada vez falta menos para conocerlo, estoy demasiado emocionada.

Narra Addison

Desperté a mitad de la noche, sintiendo un calambre en mi abdomen bajo. Desperté a Mer de inmediato, intentando mantener la calma.

- ¿Qué ocurre? - preguntó, despertando de golpe.

- Creo que son contracciones - dije, sujetando mi pancita.

- ¿Estás segura? - preguntó, mirándome a los ojos.

- Sí, lo estoy - dije, pensando que ya no podía tener más falsas alarmas, tenía que ser real ésta vez.

Ella se levantó rápido, fue por mi bolso y el del bebé, despertó a Harley y subió todo al auto. Bajé las escaleras, sintiendo fuertes molestias en mi estómago, en mis caderas y en mi útero, todo parecía contraerse dolorosamente, pero por alguna razón, era menos doloroso de lo que esperaba.

Llegamos al hospital y me atendieron de inmediato, la obstetra de turno me revisó y nos miró con ese gesto que ya había hecho otras veces. Me decepcioné de inmediato, sabía que había vuelto a meter la pata, su expresión lo dijo todo.

- Es sólo un calambre...y dolor de estómago por mala alimentación - indicó, haciéndome sentir muy apenada.

- Bien...parece que fue otra falsa alarma - dijo Mer, bostezando y besando mi frente.

- Atuendo partos a diario, no puedo creer que haya tenido tres falsas alarmas, confundo cualquier dolor con contracciones ¿Qué clase de obstetra hace eso? - exclamé, escondiendo mi rostro, llena de vergüenza.

- Mi amor, tranquila, estás muy nerviosa y eso te juega en contra, eres una doctora brillante - dijo, calmándome con besos tiernos.

- ¿Ya podemos irnos? Mañana tengo clases - dijo Har, cayéndose del sueño, la hice salir de la cama en la madrugada por nada.

Regresamos a casa, me sentí un poco desanimada, me frustra no poder identificar un dolor tan específico como el del parto, tal vez sean mis nervios o mis miedos que me hacen perder la razón.

En fin, al día siguiente dejamos a Har en la escuela y luego fuimos al trabajo, estábamos demacradas, no pudimos volver a dormir luego de mi pequeña confusión, aún me siento culpable por eso.

Al igual que mis emociones, el clima estaba descontrolado, el viento se llevaba todo y una lluvia fina me inundaba con un mal presentimiento, no soy una experta en clima, pero algo extraño estaba pasando.

- Te amo, no sobrepienses demasiado - dijo mi novia, dándome un beso y yendo con sus colegas para atender nuevos casos.

Me despedí de ella con una sonrisa optimista, supuse que era sólo un mal día y ya, no quiero estresarme. Continué con mis investigaciones en el laboratorio para mantenerme entretenida, tenía algunas cosas que revisar y me concentré en ellas para olvidar mis preocupaciones.

No tenía la más mínima idea de que afuera se estaba desatando una tormenta que estaba a punto de acabar con todo.

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Cada cosa que le pasa a Har es un evento canónico jabzbajs

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora