Dejarlo Ir

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Narra Addison

A pesar de mis miedos, debo decir que estoy disfrutando mucho los cuidados de mi novia. Ahora engo 20 semanas y una pequeña pancita redonda que es besada todo el tiempo por su mami, su hermana y sus tías.

Amelia lleva todo el día acariciando mi barriguita, no se despega de ella, al igual que Hars, quién sólo se alejó porque la obligué a darse un baño.

- Hoy vamos a verte, preciosura - dijo Amy, haciéndole mimos para sentir sus movimientos, aún son muy débiles, pero al menos ya puedo sentirlo, eso es algo.

- ¿No te parece extraño que aún no patee? - pregunté, pensando en que sus piernitas ya deberían ser capaces de moverse aunque sea un poco, debería tener más energía.

- Me parece que mamá se está preocupando demasiado - dijo, conversando con el bebé.

- Tal vez...creo que debería calmarme - admití, queriendo arrancar esos pensamientos de mi cabeza.

- Sí, deberías - respondió, dándole un último beso a mi vientre para luego sentarse a mi lado y dedicarme esa típica mirada de "estás preocupándote demasiado".

- Ya lo sé, estoy muy paranoica, sólo suelta tu sermón y ya - dije, resignada a oír sus regaños de hermana protectora.

- No te voy a regañar, estás embarazada, sólo quiero decirte que te relajes, ven a una clase de yoga conmigo - dijo, sacudiendo levemente mi brazo para darme ánimos.

- Bueno...eso suena divertido - respondí, sonriendo para ella.

- Ayuda a que tengas más flexibilidad en la cama, podrás probar poses nuevas - agregó, con un guiño atrevido.

- Eso me gusta - contesté, pensando en las posibilidades.

Con las posibilidades de innovar en el sexo, pudo convencerme al cien por ciento, quiero mostrarle a Meredith nuevas poses que la hagan gozar...mierda, creo que me estoy sobrecalentando otra vez.

- Amor, iremos a una clase de yoga, volveremos en una hora - anuncié, besando la mejilla de mi hermosa mujer.

- Está bien, una amiga de Har vendrá a buscarla para ir al cine - me recordó, con un besito extra.

- Oh, cierto, dale algo de dinero y dile que debe volver a la hora que acordamos, ni un minuto más - agregué, como una madre estricta, mientras Amy intentaba arrastrarme hacia el auto.

- Lo tengo bajo control, preciosa, tú relájate y diviértete - dijo, haciéndome sentir aún más enamorada de ella.

Le dió un beso a mi pancita y nos despedimos para finalmente ir a enfrentar esa clase. No he hecho nada de actividad física durante este embarazo, así que espero que no sean muy exigentes conmigo.

Me alegra mucho que Amy me haya invitado a la clase, se las recomendé cuando tuvo que volver a su rehabilitación, yo siempre creí más que ella en éstas cosas, pero aceptó hacerlo por mí y eso me llena el corazón.

Al llegar, mi panza de 4 meses captó la atención de las personas en el lugar, al parecer era la única embarazada allí. Nos acomodamos al frente para poder estar atentas, cuando un hombre alto, con cuerpo tonificado y una encantadora sonrisa se acercó para hablarnos.

- Ese es Josh, el instructor - murmuró mi hermana mientras yo devoraba con mi mirada a esa obra de arte humana.

- ¿Qué tal, Amelia? Namasté - saludó, con una pequeña reverencia que ella imitó.

- ¿Eres nueva? Recordaría haber visto un rostro como ese, pareces salida de una fantasía - dijo, tomando mi mano para besarla y haciendo que se me escape una risita estúpida de adolescente nerviosa.

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora