Amor de Familia

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Narra Addison

El parto de Arizona se prolongó mucho más de lo esperado, Callie y Mark no se fueron de su lado en ningún momento.

- Muy bien, linda, llegó la hora ¿Estás lista?- pregunté, colocándome mis guantes y mi cofia para recibir a esos bebés.

- Lo estoy...eso creo - respondió ella, con sus mejillas rojas y su respiración agitada.

- Claro que lo estás, lo haremos juntas - dijo Calliope, besando su mejilla y tomando su mano con fuerza.

Son muy lindas, la forma en que se apoyan mutuamente y se aman por encima de todo es algo admirable, espero que Mer y yo tengamos un matrimonio así de sano y lleno de cariño sincero.

- Quiero que pujes fuerte, cariño, lo más que puedas - indiqué, lista para recibir a sus pequeños.

Al cabo de una, dos, tres y cuatro veces...al fin tuve en mis manos al primer bebé, era un hermoso niño que dió un fuerte llanto al salir, es una buena señal de que sus pulmones están bien desarrollados. Arizona pujó con fuerza un par de veces más hasta que la niña nació finalmente. Ella tardó un poco más en respirar por su cuenta, pero bastó un poco de ayuda de mi parte para que esos pulmones empezaran a funcionar. Ver los rostros llenos de orgullo y alegría de mis amigas hizo que todo valiera la pena, es lo que más amo de mi trabajo.

- Las felicito, son dos bebés muy sanos - dije, entregándoles a los pequeños para que pudieran conocerlos.

- Gracias, Addie, por traerlos al mundo sano y salvos, por cuidarme...por todo - dijo Arizona, limpiando sus lágrimas.

- Sólo hago mi trabajo, preciosa - dije, observando a ambas con amor.

Luego de revisar que ella estuviera bien, retirar la placenta y hacerles el chequeo médico a los bebés, pude salir de la sala de partos.

- Ya nacieron, ambos son hermosos y muy sanos - les dije a mis amigos, quienes esperaban con ansias el nacimiento de los gemelos.

Mark me abrazó y me dió las gracias por cuidar a su hermanita, amo lo cercano que es con la chicas, es un hermano mayor para ellas y de cierto modo también lo es para mí.

Observé la sala de espera y noté a Harley y Sofía durmiendo en las sillas, mientras Mer se esforzaba por mantener sus ojos abiertos, tenía a Henry en brazos y él no tenía ganas de dormir.

- Mi amor, ya terminó, estoy libre - dije, acariciando su rostro para no tomarla por sorpresa.

- ¿Ya nacieron? ¿Cómo está Arizona? - preguntó, algo perdida.

- Nacieron, amor, ellos están muy bien y Arizona también lo está, son una hermosa familia - le conté, robándole un beso rápido.

- Me alegro mucho, eres una gran doctora - dijo, dándome más besos en mis labios que son adictos a ella.

- ¿Por qué no te fuiste a casa con los niños? Te ves exhausta - dije, acariciando las manitas de Henry.

- Porque no me gusta volver a casa sin tí - contestó, de la forma más linda y cursi posible.

- Eres preciosa - la besé nuevamente y luego me dispuse a hacer algo por esa carita llena de sueño.

- Los bebés están bien, Arizona está bien y sus personas favoritas están con ella, así que puedo despertar a Harley, dejar a Sofía con Mark y conducir hasta casa para dormir toda la noche abrazadas - propuse, frotando mi nariz con la suya y deleitándome con su sonrisa.

- Es una buena idea - dijo, en medio de un bostezo.

Tomé a Sofía en mis brazos y la llevé con su padre, quién estaba conociendo a sus nuevos sobrinos. Sólo iba a dejarla e irme, pero Arizona me detuvo para decirme el nombre de sus niños.

No Te Odio // Meddison // Grey's Donde viven las historias. Descúbrelo ahora